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RENOVACION ce el espíritu con prejuicios ineptos y llena la conciencia de remordimientos y temores; moral que engendra la resignación, roinde los resortes prodigio sos de la energia, coarta el esfuerzo liberador de la revuelta y perpetúa el despotisnio de los amos, la explotación de los ricos y el sonibrío poder de los curas.
La iguorancia en el cerebro, el odio en el corazón, la cobardía en la voluta tad, tales son los criteries que yo imputo a la idea de Dios y su fatal copolario.
Todos esos crímenes, de los 4116 acuso como autores públicamente y en libre discusióni los impostores que hablan y obrait en 110nubre de Dios, de un Dios que jamás ha existido, sou «Los crímenes de Dios, porque es en su nombre como los han cometido, porque han sido y sot engendrados por la idea de Dios.
SEBASTIÁN FAURE. El fin de las supersticiones Ha descubierto el hombre fuerzas formas religiosas. Ven que la materia misteriosas que en la Naturaleza pisma se transforma y quieren que el espíri.
existíau ignoradas; las maravillas de tu permanezca juwutable. No importa.
la civilizacióu asonbran veces tanto la ciencia, implacable, se burla de los como las maravillas de la Naturaleza, tenierosos que pasan su vida contentUtiliza las grandes cataratas, las que plando el cielo, y se pone al lado de hace producir luz y calor, sujeta el los audaces que quieren que 110 quede rayo, acorta las distancias entre los un repliegue de la tierſa, ni un sol del antípodas, cruza veloz la corteza te: universo desapercibido para para rrestre, las embrayecidas olas y aun disponerse tenerlo su servicio. En se dispone disputar al águila condal el cerebro del honibre está escrito ade.
el dominio de los aires. Es más, face lante, plus ultra.
que sų pensamiento se traslade rápi No iniporta que las religiones le damente de unő otro hemisferio, coaten y amenacen, que la superstición municándose en muutos con pueblos towe Iripócritamente nuevos nombres, de otras razas.
que se asocie los descubrimientos y. Aun uo ha podido donivar las 8:1 las conquistas de la civilización; el persticiones, Siente el hombre en su Tiombre está en el camino de la verd: cerebro la llama creadora que le lleva y su cada vez más seguro paso sobre reducir a los elenientos y servirse de el plapeta po resistirán las metiras susellos su antojo. Cada día descubre tentadoras de las tiranías, cuyos doque allí donde se decía inisterio sólo vales de misterios y terrores 1a roto existió uua fábula niás o menos inge en mil pedazos su razón, y que con su Hiosa. Nos hablan los teólogos de can: Diarcha icesante dejará detrás, cuan.
sas ocultas, de misterios, nos amena do y la conciencia bụmana repiigpe zan con un mañana eterno, lleno de como crimen monstruoso la explotaHorrores, en que nuestros espíritus ción del hombre por el hopilare, sufrirín torturas infinitas. El bombre iguorante se deja alucinar por nuevas. MANUEL IGLESIAS.
PENSAMIENTOS Vivimos entre dos zipocresías: la de la Iglesia y la del Estado. MENENDEZ. Detenerse es retroceder, y cada paso atrás es principio de muerte; el porvenir solo pertenece al progreso. 11.
Donde no baste la fuerza de la razón, debe emplearse la razón de la fuerza.