252 RENOVACION Hombres y máquinas El motor de la fábrica de calzado llamáudole holgazáu, ametazándole respira con estrépito; la rueda mayor con despedirle.
vacila t111 instante y ecba andar po os compañeros iniran aquella es: piendo en movimiento auce ruedas. cena como algo uutty tatural; y es claUna conmoción prolongada va inva fo, ban soportado tantas veces las ex.
diendo el piso superior hasta llegar al plosiones de ira de aquel déspota techo en donde el zinc crepita ruia asalariado!
dosamente, esparciendo tordientas al Cuando el contramäestre deja de aire.
vomitar injurias, el operario levanta. En el piso bajo árde una escena vio el brazo enjugando eu la manga de la Teuta: urlo de los operarios, recién en camisa el río de sudor trado a la fábrica, llega aquella maña. por el cuello, biuca altiva la mirada na con algún Tetraso; sus movimieutos en la del tirano sueldo y sonríe cles son tardos y trabaja con torpeza; pro preciativainente: Las crefco, apunta bablemente la dolencia de la anciqua indignado, que soy tiną wáquina de madre sea la calisa de aquella interrup las que gobieruas capriclio? fue ción. Él, siempre diestro, tau puntual que nunca supiste, inopostor, que eusiempre, siente alosa, como si llevara tre un hombre conscieute y tus obe agobiantes amarras en los brazos; ya dientes páquinas la distancia es inse ve, ha debido pasar tantas noches Lieusa?
al pie de la cama de la enferma, alY rojo de vergüenza abandonó la atisbo del asma pertivaz aqtiel horri fábrica.
ble puñal, y para mayor desveutura Ahora, quedar sin trabajo unos ser solos ellos dos, solos en el mundo! cuantos vieses, a recorrer talleres basta de la fábrica ha ve encontrar t1110 co donde no se equivonido encararse con el operario, enros que hombre y máquinas.
trándole insolente sui poca actividad, RUBÉs Coro Sol para todos Todas las mañanas me salen al paso. Antes sí y no tenfa frío en las 2a Aun cuando sea muy temprano, ya nanas, están ellos correteando por la calle. Eu efecto, en el umbral de la peAntes lo hacían por la acera donde queña puerta estaha arrodajado el pitio queda sua casa y la mía; ahora lo hacen que aun uo anila, con su carita pálida por la del frente, tan parecida a la de aquellos dos arraLos pobres andan tras el calorcito piezos. Quieto, con una quietud 111del sol.
creible en un niño, niiraba suis hier: Una mañana les pregiuté por qué nianitos.
habían cambiado de campo. Pobres chiquillos! Nadie se cuida Allí hace frío, contestaron. de ellos. Algunas veces los encuentro Quiere decirme, dijo el pequeño, revolcándose en el polvo; otras chametiendo sus manecillas en las bolsas poteando en el agua del caño, si no es del sucio pantaloncito, por qué antes que llevar su barbariciad hacer grárhacía sol eu la acera de mi casa y aliora garas con ella.
10? Se ha venido esta otra. verdad, Cuando los sorprendo en esta horriLola ble tatea, les grito, y ellos asustados. Sí, sí, exclamó la fiarapienta con huyeu, Ya de largo ue saca la pililsu balbuceo de pajarillo; y ahora mi tilla de sui leugua maliciosa y ne lialiermanito, nírelo usted, no tiene sol. cen burla.