RENOVACION 249 PÁGINAS LITERARIAS Humanidad Nueva El sol, en el ocaso.
Las praderas. como alfombras tendidas ante el paso de la tarde colmálanse de sorubras fugitivas, detrás de las postreras luces de aquel crepúsculo; las aves, buscando el tibio bienestar del nito, cruzaban el espacio con10 naves cansadas, que el oleaje ha comisabido y ondulando sus ditimos vigores, silenciosas, nostálgicas, las sugyes arenas de la playa buscan.
Ruido de cosas que descansan ia el viento regando entre las flores.
La lumilde casa, de la dicha asiento, albergue de purísimos antiores, que apenas medio oculta entre el follaje era una nota alegte en el paisaje de aquella languidez de los colores, comenzaba encender sus luminarias como para una fiesta. Solitarias las avenidas del jardín xoxo antes, llenábause cle pasos por instantes de sustirros, de besos y de abrazos, Fran los invitados que llegaban unidos toctos por los mismos lazos de un sentimiento universal, retazos le ese eşctaclrón que en los futuros días rompiendo vallas y asaltando cuinbresllevará las remotas lejanías del suefio de hoy, gloriosas certidumbres y trocará en lozanas alegrías.
cl dolor de las foscas muchedunibres que hoy given llenas de melancolias, La sala era un jardín, flores, verdura.
por todas partes, juventud, frescure, manojos de ilusión. grupos de ensueño.
caras rientes y bellas, to lo canta pelo amor, en toclo fonas.
hantellas de blancas manos femeninas como una hermosa foración de estrellas.
La mesa, abierta en ángulo, ofrecia dos brazos avarizando: se diria que el pensamietito nuevo allí encerrado alargaba sus dos impiusos fuertes.
volviendo las espaldas sl pasadlos, para alcanzar el porvenir. Había.
en el antiviente majestad seteba. la serial de una hora dio comienzo una cena frugal, la alegre cená de un doble desposorio; allí suspenso quedó el preseute abrumador. La oscura ráfaga de cafisanció que Aniquila nuestro vigor en retos de amargura, la ráfaga del inal que nos vigila para nublar la luz en la pupila que intenta ver en el azul, desheclia queció 1111. Domento ali; fuertes y sanos, los seres que llamarse siempre hermanos proinetieron, allí estaban triunfantes; la charla burbujeaba entre las rosas encendidas de todos los semblantes y un ambiente de gloria saturado ele esencias misteriosas de esas que nos perfumab la niegloria de los ratos felices recogía.
las frases de esperanza y de victoria de aquel gran festival de la armonía Cortando las nuiradas rutilantcs.
de amor, que se cruzaban los antantes, se alzó con majestad una figura risueña, atardecida, desde el vértice de aquel ángulo vivo: venerable rostro por cuyos ojos lg dulzure trotaba en mianantial inagotable, cabellera argentaria, altiva y pura la frente de incansable visionario, Ggura de patriarca legendario que eternizara aigün cincel notable eu el toque genial de una escultura.
Mirá sus hijas y colgó sus frentes sendas coronas de Uusión; la brisa extremieció las lojas que agitadas hicieron restar una sonrisa de bienveniela al pensador; pendientes de aquella aparición todos callaron y Eliseo Reclus tendió los brazos sobre el rosal de aquella alegre mesa y labia: Sí, ya pasaron los tiempos de martirio y de tristeza para la pobre Hitmanidad. Quedaron rotos en mil pedazos los pugos de un deler tirano y fuerte, bajo los cuales la razón unçida