RENOVACION 155 cas tan nueyas y tan bonitas, por lo vender El Cometa se gana, cuánto y que ntttica acababa de lamentarse la dónde tendria que pedirlo.
piña; una de las pautuflas de sti padre. Hoy es viervës dijo el otrosbordadas por la abuelita que había ta noche sale, si quieres paso por ti y la eucontró una mañana el vamos al Barrio Ainor, donde vive el buen señor junto a la cama, porque señor que lo hace.
Cholo había decidido echaria entre un Después que comió sé escabul16 y caño, las atrocidades que acostum fué situarse con una bandada de chibraba hacer en la sala y en los dormi quillos traviesos y bullangueros frente torios, cuyos pisos eran los ojos de la la casa del director de El Cometa, cara de la tía Eulalia y de su inadre! Na tenía deseos de jugar y ar y se estuvo ¡Ah! si Cholo se había paseado hasta sentadito eu la grada sacando cuentas en los ojos de estas buenas señoras! con los dedos y pensando en Cholo: qué hablar de las golosinas que las Esa noche bizo lo que pudo. Primecía diariamente?
ro initó su cowpañero y luego traSi hasta cierto ptinto aquel diablillo bajó por su cuenta. Tocaban la retreta Diegto tenía culpa en el Morazáu y él se inetió entre el ran. Pero, todas stis malas acciones le barullo de gente voceando sui mercaudaban el, Andresillo, tanta risa! cia. Aquello che veuder periódicos era El chicuelo casi no probó bocado. una novedad para él y llegó un moMustio y cabizbajo; con la gorrilla mento eri que basta se olvidó de su ladeada y las manos en los bolsillos se perso: iQué raro le parecía oir levans: marchó a la escuela. Ese día la maes tarse su voz fina que dominaba la bu. tra no fué víctima de sus travestiras. lla. Las palabras salían con fuerza de tampoco la clase se alegró con gorgeo Il su garganta y él las dejaba caer sobre de su charla ni la risa vino hacer ni la gente, juguetonas y alegres coino: dos en sus mejillas. Para camaniançes un puñado de confetti. El Comela, estaba él ese dial quincé centavost, La única vez que habló fué para pres Cuando regresó sui casa sintió teguntar la piaestra si ella le parecía mor; metiose los periódicos entre la que once colones hacen una gran cau blusa. La madre lo reconvino por lletidad de plata.
gar tan tarde; felizuente el papá esta El toque de la campana tie llamaba ba ausente. recreo, no hizo como en otras oca.
siones, brincar de alegría su corazon Otro día matarían Cliolo. no quecito, que siezupre parecfa en lo asusta daba ninguna esperanza, De los 50 dizo y jilgtietón un ternerillo recién núneros de El Cometa que le labiau pacido.
dado sólo 27 había podido vender Recostado un árbol pensaba ett pesar de que hizo todo lo que estaba Clolo, IPobre Cholo! Cóino se había su alcance. las dos regañadas que dejado coger. Ahl Ese día cuando ile se llevó por las dos noches que se hagara casa, no tendría con quién echar bia zafado pender El Comela.
su jugadita. Qué estaría haciendo el el dinero que había ganado por esta perro? Seguró que echado en un rin. venta estaba tan lejos de llegar once cóui, pensando en él. iSi su padre 11 colones! Pero él 110 se resiguaba la piera lo que Andresilto quería Cho idea de que matarau ał Cholo. El lialo. seguranente le darla los oncebía estado ese día y el anterior verlo coloues.
allá donde llevan los perros, 1:11 ¿Vas esta noche reuder: El Come patio en el que entre una especie de ta grito uu chico tras él, otro die jaula muy grande, ineten a los que pasaba. Veo conmigo que no deja de lan cogido. El le había llevado pan y ganarse algo.
carne que consiguió escamoteazido Audrés tuvo una iden, acercó at la cocinera. Qué coutento se puso que había hablada y lemegduto si por cuando lo vio! Paraba las orejas, la