204 RENOVACION Oh, no! replicó Rive. De esa ma. Oh. replicó, no hablenios del pera los malos instintos: se conservan diablo!
y se agravan. En este punto participo añadió cáudidamente: de la opinión de los ingleses respecto iNo tienen más que groseras su.
de los regresos. 110 se diga que se persticiones!
ha de peusar primerainente en los. Eso dices, replicó con burlona hombres, dejando para después pen sonrisa Botuelle, tú que te astistas del Sar en los auidiales, porque buenos o martes y del uúmero trece. Dialos, nuestros sentimientos se des. La joveu hizo in ligero. gesto de arrollan siempre de menor mayor, desagrado. Después, sourojada, púdiPor el amor de su muñeca, de su caua camente emocionada bajo la amorosa rio de su gato, el niño prepara y nirada del capitán, añadió: asegura sus facultades afectivas ulte. Unas gentes que vau desnudas, riores. Apreudamos a evitar o dis con animales. ne minuir el sufrimiento del animal, de Sin duda porque iglioran las vor ese, modo el sufrimiento y la vida del luptuosas semi desnudeces de nuestros hombre se nos harán más respetables, saraos.
El capitán tomaba demasiado en se Estás impertinente, dijo la joven.
rio el astinto, olvictándose de la señora Empeñada en tener razón, el triunBonnelle: pero ésta, sintiendo inno far. por 111 argumento decisivo, de vilizacla la fina bota de Rive, se des: mala fe de su marido, buscaba, con la interesó de la conversación, y, lauzan frente obscurecida por el esfuerzo del do entre aquellos dos hombres el brillo pensamiento. Por firi halló, y levande su hermosura, semejanza del rayo tando la cabeza con aire decidiclo y de sol que ahuyenta visiones tenebro mirada segura, dijo. sas, atrajo su atención hacia las mag. Unas gentes que no se casan. nificencias de las artes y de la industria, Esta vez, sea por convicción, sea el concurso hípico, las exposiciones, el por cansancio, Bonnelle se declaró vetijujo, la elegancia y todo el maravilloso cido, permaneció mudo y se inclino.
confort de la existencia nioderna. Sí, aproló Rive con voz grave y res.
Rive actidió seguidaniente al recla. petuosa; nosotros tenemos el matrimomo, pero Bonnelle, Uu tanto testarudo, nio.
continúo en el mismo tono.
Pobre. victoria la de la jovent que, La seſſora Borpellé, tentada por la en presencia de su marido, tenía bajo facilidad de una causa galada de ante la mesa, presos sus lindos pies entre mano aceptó la discusión, desplegan los del audaz capitau, Confusa, emado la escala de sus bellas risas, insis cionada por aquel contacto, pensatido tieudo sobre los negros, que rebajala que desnudos o vestidos, casados sin al parentezco de los pionos. casar, salvajes civilizados, el amor. Uras gentes, decía, que no tienen iguala todas las razas, cualquiera gite religión.
sea sui grado progresivo, sentía en. Te equivocas, protesto Boqueilė, aquel instante la necesidad de la auttiener como posotros su dios y su dia sencia de su marido.
blo. JUAN RFIBRACHI CRÓNICAS SOCIALES Las leyes y la justicia He meditado sobre la filosofía del denable; el producto del robo es sagraderecho dijo monsieur Bergeret. y do. Estos son los principios que afiauhe visto que toda la justicia social se zan la seguridad de los individuos y basa en estos axiomas: el robo es con que mantiene el orden en el Estado.