RUMAS RENOVACION La plegaria inútil. Yo sé, Señor, ya que así se os con que el esclaro ha de teñir el mapllama, si sois mi amo, oi si existís si to de sus reyes, quiera; porque mi aliento es un ester. Dedicáis, como poeta terrible y sotor, y, en resumen, 110 soy más que un berbio, el mar a la tempestad y el ser poco de ceniza puesta al borde de los al dolor, y olvidáis que sois el Verbo tiempos sin fin, cuando un tirado siega la idea en for Cumplo como puedo mi deber y mi Servis la arena al corcel del bárbatarea, sin levantar mucbo la vista bacia TO; Os manifestáis complaciente ante Jas lejanas cimas; pero si existís y que los códigos malhechores, cuando un réis que yo lo sepa. por qué no os pre juez insensato reviste con su toga los sentáis jamás?
cadalsos cortados en los bosques. Mirando de cerca las cosas que ha. Lleváis una parte de vergüenza en céis, si fuera verdad que las hacéis así, nuestros escándalos, ya que aprobáis, ao puedo consideraros como indulgen aceptándole, el rumor de las ropas virte para mis penas y solícito para mis ginales que se deslizan descubriendo inquietudes.
desaudeces vendidas nuestras lubriSi desde lo alto vetáis sobre el globo cidades.
en que nos hallamos, si vuestros ojos Sicreyese en vos sin alentar una duda, se dirigen todas partes y todo lo ven, os diría. Señor, tened piedad de 105sabréis que viendo llorar otros hombres otros! Descubridnos la emboscada, enIloro también y sufro mucho, señadnos el camino, defended vuestras Pero vos nada hacéis para enſugar ovejas contra el diente de los lobos.
sus lágrimas, y, debiendo ser mejor Haced que la labor del hombre y que yo, los abandonáis, ignorantes y la de la abeja no doree más la colmena sin armas, lejos de vuestra justicia y ociosa de los abejortos; aconsejad al sio explicarles la causa.
pensador en sus vigilias, impedid que Al fin de sujetarnos al error de los la serpiente nos muerda el calcanar.
antepasados, y para que los malos que Salvad el buen nombre de los que den siempre vencedores, permitís que se van; proteged el oro de los trigos los tunantes que se llaman vuestros que colman nuestros celemines; dejadsacerdotes deforcen los cerebros y des. nos tietnipo para que nuestros días se floren los corazones regocijen con el murmullo de los nidos Les permitís explotar el misterio, y de las cunas.
grabar la nientira en la piedra del altar »Arrojad el prejuicio, el miedo, el y hacer que corra más sangre sobre la estudio falso, a la manera que uno de tierra que estrellas habéis sembrado vuestros rayos disipa las nieblas; haen el cielo.
ced que los hijos, ricos de gratitud. Vuestra complicidad me turba y sean al borde del sepulcro el báculo de me espanta; tos, que debéis vigilar los ancianos.
sienspre, sois como un amo que duer Haced que florezca de bondad la ime en brazos de su servidora mientras cruel alma humana; quitad la biblia al los ladrones saquean su bodega. cura y el hacha al verdugo; no reguéis Vuestras manos de justiciero per el monte, la colina y la llanura con las manecen inactivas: no tenéis piedad, lágrinas del pueblo y la sangre de los ni penar ni remordimiento cuando héroes.
atnos repugnantes vendinian con sus Preservad del fuego la granja y espadas para las tinas de la muerte. mantened la muela en vilo; libradnos En los amargos golfos, bajo el agua del granizo la dulce vuelta de abril, inconmensurable, entre el alga y la y seáis vos y 110 yo pobre infeliz quiet, roca levantada como un pavés, to después de haber escuchado, digáis; deáis de cuidados la concha purpúrea. Aménis.