RENOVACION se del silahario, el poder ir por agua a la friente y por leña al allo, Un enjambre de risas cristalinas echio corter ladera abajo: tras ellas Había que pretniar aquel esfuerzo, Lucinda, el rebocillo al cinto, agitansí, quizá no sería bastante con los do el silabario.
besos, los muchos besos que la espera. Juan, babló la madre ya, ya viene!
rían al volver. Algo más, algo mejor; El premio, el rualdo. pero qué, qué otra podían ellos, tan Oh, no! Aquello 110 era premio, pobres, ofrecer Lucinda sino besos? si más bien daba peua! Ella no lo queAsí sentían aquella olorosa y fresca ría; que se fuera, que volara al hogar mañanita los dos corazones que bajo que de seguro tendría. Mejor un beso, aquel techo de hojas secas arrullaban muchos besos, acaso había nada que cou tierno encanto los dulces ensueños trajera inás contento que los besosi: de aquella Lucinda, fragante florescen. cia del límpido y sereno amor de ambos. Al tiempo en que el pájaro salvabą. Ya. peuró Juan, y salió sin la laderą ausioso de ganar la montaña, rumbo al parecer. poco volvía tra Lucinda, el rebocillo al ciuto, riendo, yeudo dentro de una pequeña jaula de riendo mucho, ofrecía en la: rosa en. caña uu rualdo joven. El pájaro agi cendida de suis labios, aromas de su taba sits bríos atacando con désueda ternira aquel par de corazones que las murallas de stt cárcel arrullaban sus dulces ensueños bajo Para Lucinda, para ella. Allí es aquel techo de hojas secas.
taba el previo. Qué alegría!
RUBÉN COTO CRÓNICAS SOCIALES El triunfo del Ideal.
En estas poches las frias inquietu dad eu pausada caminata y artumbar des del viento distiendes en nuestro por una de las carreteras que de ella misterioso interior el apsia de pensar arrancan, cou dirección uğa de esas Ese frío que no hiela, que simplemen ciibas en que la mirada abarca toda la te se complace en cosquillearnos, en amplitud del cielo luminoso y. se adicoomover el admirable mecanisino de vida, entre el claroscuro de la lejanía, uuestros nervios, es halagador, pica la sillieta de las montañas. Oh! noresco e insinuante los ojos del peu. ches de dulce placidez, noches de fiessamiento. Antes de pensar en aque. ta para el pensamiento.
llos e quienes si hieren las ráfagas hú En una noche de estas; lejana ya, medas, contemplamos con avidez cómo lejana, dieron mis ojos con un.
por grados avanza en nuestra meute artículo de periódico que ávidamente la fruición de sentirnos despejados, lei; un artículo muy enérgico, valiente, sin fatigas, sin causancios, bravo, que delineaba con hermosa preDe verdad no sé cómo no vencemos: cisión, robustos, como gladiadores, la atracción del rincón que acoge nues ideales que entonces sólo de nombre, tras congojas cuando el brujulear de y como cosas que la curiosidad amon. las gentes en las vías, con sensaciones toua, conocía, por más que en muchos ora de pavor, ya de asco y en veces de de ellos he encontrado después bonda tristeza, nos eu puja bacia la soledad, afinidad con las tendencias iniciales hacia el silencio que es grande eu fui espíritu, ideales que después he.
estas horas el deseo de salir de la ciu comprendido bastante y amado mucho.