RENOVACION Cuántas veces con loirar resignacto cotitetuplaron sus capisadas pupilas, la tenue claridad del crepúsculo, et idilio de tus bravo toro lleno de altiveces con una mansa terperilla jovet de ancas llenas, reronclas y lucientes. ellos. no aman ya. son los eunucos que en el harein del campo languidecen, mirando las caricias que se baceu el sultán de las bravas attiveces y la suutana de qucas opulentas. veces luce en sus pupilas, breve relámpago ardoroso.
Acaso olvidau su triste condición, quizá recuerda 11 el luminoso tiempo en que ellos fueron también suutanes del hareId campestre.
Pero es sólo un relámpago y bien pronto se extingue, entonces sus miradas vuelven ser dulces, suaves, resignacias.
Entonces sus pupilas nuevamente giran con grave lentitud y nada pone, viveza en ellas: permanecen clavadas en el suelo y nada miran, bada ven, nada obşerran, nada advierted.
Eenados la sombra de algún dia. no cuya elevada rathazón se yergue. eri mitad del potrero, era hora en que el florido campo gę adorinęce bajo la gran mirada abrasadora del fecundante sol, indiferentes cuanto les rodea, sacudiendo la sucia piel fin de que se vuelen Jas moscas agrupadas en las lactas que les hicieran los pinchazos crueles de la ferrada pica; restregando las enormes mandibulas que suelen el pasto do muniado en la mañana; Midas IAS orejas, con10 inibéciles, ahí están los esclavos del trabajo, los eunucos del harent campestre, los que no aman, bi juegan, ni retozen: los graves, los acustos, los que siempre tristes están pensando en los idilios de las tardes rosadas. Oh los bueyes! MAGALLANES MOERE Posta chileno ¡Todos irresponsables!
La comida se acaba silenciosa que las de saber que ahora esa miimente, chacha es toda una perdida.
Hacía dos días que Cristiana había Toda una perdida, repitió el eco regresado de su viaje y ya estabait de la tía Luisa, la tía María, una pie contadas las nuevas que su faniilia te jecilla seca, tiinida, para la cual su nía para ella. La joven había recosta hermava era un oráculo que ella resdo su cabeza leonada en el respaldo petaba y admiraba.
de la silla y.
y sus ojos de un verde pro iOh! Cómo hablan ustedes asf fundo miraban llenos de ensueño un exclamno Cristiana haciendo uu gesto rayo de sol que entraba por la venta de cólera.
11a, mientras su pensamiento estaba. Como lo oyes, Hijatú misma en la buena tierruca que acababa de puedies ir ver la casa que tiene puesabandonar: ta. Te digo que tu augei es una perLa tía Lusa habló. Su voz teula uu dida, wa cualquiera. No se necesitaba saborcillo de ironía.
ser sjbila para adivinar que así aca ¿Por qué no las preguntado por barla, tu protegida, Cristiana. Cáilense ristedes y no digan toks Como sé que ustedes no la quie infamias, grito Cristiana incoporánren, prefiero ir yo misma preguntat dose, mientras la indignacióu brillaba ella cómo se encuentra. en su frente. Por fin sucedió lo que me. Con qué irás tú misma? y ta tía tenía; Ty pensar que no fuí lo suficienLiisa tosió con aquella su tosecita que temeute fuerte para inipedirlo! quiétanto exasperaha Cristiana, porque ties tienen la culpa de que esto haya šabía era presagiadora de noticias que sucedido? Yo, ustedes, todo el mundol habían de mortificaria.
Sabíamos que por el canino que Pues ya desistirás de tu idea, por marchaba iría la ruina, la yimos pa