162 YIDA TERDAD En esos momentos de angustia se cncontró al infeliz campesina riendo histéricamente y apretando contra el Fecho la camisita manchada de plátano con que iba Sotiv: llo a la escuela.
Marcos FROMENT, Advenimiento Era la noche en la conciencia humana, Era la soledad, era el vacío; La esclavitud, de la ignoraocia hermana, Mataba el alma con su aliento frío. Era el poder del cetro y de la grana Haciendo alarde de pujante brío. El impcrio fatal de la sotaba Misterioso; fatidico, sombrío.
Mas, socó eu el espacio ruido inmenso, Nuncio feliz de tempestad violenta el ciclo fulguró con brillo intenso. Sc bizo la luz, que la tiniebla auyenta. surgió de las brumas del incienso La máquina asombrosa de la Imprenta. José María ZeleDON.