164 YIDA VERDAD Papas. Pero tuyo cuidado de que estos alimentos fucrari.
preparados sin sal.
Bajo la influencia de este régimen sin sal, el enfermo se deshinclı6 nuevamente y la carne hizo desaparecer la albuminuria completamente, quedando solamente co los orines 70 centigramos de albiidina co vez de gra. 109 que quedaban cou la lecle. para demostrar bien la induincid toxica de la sai, M, Widal hizo de nuevo estallar la tormenta albuminurica, agregaudo 10 gramos de cloruro de sodio, y restableciendo luego el ordeo con su supresión.
Los experimentos del doctor Widal nos demuestran que en ciertas formas de nefritis, la sal obra como un verdadero veneno, y luego que el régimeu láctea, al cual se condenata los albuminúricos, ya no tienë razóu de ser pues algunos de estos enfermos pueden comer tod. con tal que sus alimentos contengan la moilor cantidad de sal posible.
Pero, gracias a ellos, también se ha podido comprobar que las hidropesías y los edemas que se obseryaa en otras enfermedades, como las del corazón y del bígado, pueden curarse del mismo modo que la nefritis con la decloruración alimenticia. Se puede citar un ejemplo de M, Achard y Paisseaa, que en ocho días han hecho desaparecer, con el régimen declorurado. una ascitis procedente de una cirrosis det hígado.
Para explicar por qué la sal de cocina, en dosis relalivamente mínima, obra de modo tan extraño en los enferños de nefritis con albumiodria, acudiremos a la teoría de la abstención de los cloruros. Está demostrado hoy que en ciertas formas de peſritis Jas sales introducidas en organismo, junto con los alia mentos, no son eliminadas por los riñones y quedan en. L 23