VIDA VERDAD 87 de la superficialidad de examen y de la insignificancia de los copstjos higiénicos: ose poco interés, esa fria judiferencia por el cnfermo produce una impresión desagradable y entonces se balla uno muy dispuesto ver en el pálico at comerciante, al hombre que se gana la vida escribiendo recetas y haciendo visitas, no al hombre hamanitario y hondadoso que se empeña cordialmente en devolver la tallud sus enfermos.
La medicina propiamente hablando no es una cicucia, sino un arte. El médico estudia ciencias, pueda ser tin. fisiólogo de primera talla, pero sólo como fisiólogo o biólogo. Se puede ser un higienista de primer orden; peru como médico sólo se puede ser artista, como se os músico o se es pintor. Ese talento especialísimo del médico no se adquicre en la universidad, no bay libros que lo den, lo sumo, la observación atenta de la naturaleza puede desenyutterlo; eri todo caso, sin esa cliservación no se podrá ser nunca un médico.
Pero el peligro más grave para la llumanidad, en el moneuto actual, es que existe una medicina Jicial. medida que las ceremonias religiosas se fueron alejando del campo de la medicina, el uso de las drogas fué ampliàpdose cada vez más, llasta cu estos últimos años cn que ha sido un verdadero abuso. Los médicos salidos de la gran mayoría de las universidades parecen no conocer otros procedimientos curativos que el de las drogus.
En algunos casos dificiles aconsejan el cambio climatéri co, pero suele haber en ello un poco de temor de que el enfermo muera ca su jurisdicción o en sus manos. los gobiernos han prestado una protección resuelta a las facultades de médicos que obras de un modo muy semejante los médicos y las brojas de la Edad Media. Lo peor, sin embargo, no es que se presto esa protección resuelta, sico