54 RENOVACION fácil que tos meudigos encontrar y entre tanto la gata recorría todo el alimento y abrigo, no que interesa gran jardín y saltaba las tapias lanzaudo art.
cosa por las bestias que pierodean por, plamamiento quejumbroso algo sofocael campo al redecor de las viviendas, do por el regalo que llevaba en la boca.
y que se alimentan con los restos que Eu su augustia ridícula y fastimosa se desperdician en toda casa, suficiente era reproducción exacta de la enamolo para alimentar, no va como rasla que acude sola una cita, y que sobras sino con un puesto en el hogar, va de la veutana a la puerta, inspect un hombre hambrieuto. ciona el horizonte y se desespera en su. Esto sentado, claro es que la par inútil ternura. Mi gata sufría positicialidad no me llevará exagerar los vamente por no poder obsequiar su méritos de tina gafa que llegó comer amigo tres veces diariasi.
durante cierto tiempo muchas cosas. En tal situación, véase lo que ideo que no constituyen la alinentacióu lia la ingeniosa bestia: enterró en el jar.
bitual de los gatos, Con el impulso din el trozo de bofe que paseaba inuque lleva aumeutar los beneficios, la tilmente; y por la noche, cuando congata se creyó cou derecho ser remil parecía el perillán, desenterraba el gada y golosa, abuso de ello y se hizo regalo tre aquél despachaba en menos caprichosa, y, como se le permitía la que canta tin galio.
elección, llegó a desdeñar lo que antes La gata tuvo dos gatitos blancos y recibía con gratitud. negros como ella, y fue una madre in Sometida ese régimen prosperó comparable; jamás se cansaba de dimucho: su pelo se hizo lustroso, su vertir y mimar a sus hijuelos. Al amor cabecita antes flaca se redondeó, y se maternal debió el conocimiento, no sintió coqueta; pero nótese que si se sólo de las complicaciones dei sentihabituó la buena convida, 10 así lamiento, sino también de las del pensafamiliaridad: una caricia era sietipre mbiento.
para ella la cosa inesperada de que Nada bay tani alegre y juguetón parecía to juzgarse digna, y con ser como uu michino; los ingleses acouse.
vilistno cómico se empeñaba eu cou: jan la presencia de los juegos de los servar las distàucias.
gatos jóvenes como un remedio para. Esta pobre bestia, q11ę desfallecía de el spleon. Los de mi gata: erau 11uy Alegría cuando se le pasaba la 11410; listos; subíau los sillones; intentaban debía enamorarse fácilmente, y, en trepar los árboles, y lo inejor caían efecto, se prendo de un gatazo gris, al suelo con pelotas elásticas; Cortlan faco, feo, con ojos feroces, con esos dando infinitas vueltas y volteretas ojos de fuego que subyugap las mu persiguiendo tio papel, una hoja una jeres tieriaiente necias conio mi gata, ciuta, y parecía que la fatiga les era y esto me dió ocasión de observar en desconocida. Uno de ellos era comilón, ella sentimientos en que entraba la ho pensaba más que en conier y pasaba piedad, la fidelidad, la bondad, un sen gran parte del tiempo buscando cosas timiento, en fill, verdaderamente hu: codiestibles, y como carecía de expemano, 10. que no quiere decir un senti riencia, jba adquiriéndola sin cesar.
miento de hombre. Acercábase pasito menudo Acordándose de las privaciones pa geranios rojos como carne crucla, tosadas, la gata pensaba en evitar el sut maha graciosanieute la flor. con su cimiento del hambre sti seductor, le patita redonda, olfa y dudando aún, que era una manera harto práctica de hiucaba el dieute, hasta que el desennhiostrar su afecto, y para ello reserva gano le hacía rechazar bufando el boba la mejor tajada del bofe de su ración, cado engañoso. Olía los caracoles, y lo cogía entre sus dientes y salía en retrocedía espantado cuando el bicho blisca de stt äunigo; pero el tunante. fco y biscoso exteudía los cuernos.
que debía de ser un saco de malicias, no Entonces, dominado por el pesiinisto, siempre roudaba en busca de su bella, se alejada, convencido, sin duda, de