VIDA VERDAD 117 El horizonte, bajo el sol se dura. mincbado por la sangre de una aurora. que se teme la rez y que se espera; las nubes de amorinan y se edipujan, y como buitres, al huir, se estrujan en el espanto de la poche bpera.
Tiembla y cede la tierra bajo el peso, se abre un abismo en el dintel del beso y todo es sepuloral, como una luna; sólo se oye el rumor sordo y la queja de aquella muchedumbre que se aleją.
con fatigas de mar hacia su cuba. En la sangre del sol busca sa origen, torros y extraños sentimientos rigen. su reflujo fatal hacia la aurora, y jadeante, vencida y sin aliento. se arrastra latigueadu porel viento, rogendo el amargor que la devora. mañana al triuotar, cuando derrible la absurda sociedad que la proscribe, brillará como un sol nuestros ojos, Sus pupilas extrañas. y dementes, empapadas e púrpuras ardientes, parecerán dos corazones rojos.
Sus manos, impacientes de batalla. removerán la gigantesca hornalla donde alimenta el sol sus encarnados; y en la ruda apoteosis del incendio, la plebe se alzará como un compendio de todos los sollozos ignorados.
MANUEL, UGARTE