111 YIDA VERDAD criegte, cuya fama pasó las fronteras y cruzó los mares, disputándose porfía el complimiento delos deberes filiales.
La idea de glorificar al Justo, aniquilado por las fuerwas destructiras que compensando las productoras mantienen el equilibrio en la naturaleza, se concreto con el propósito de erigirle ana estatua, imagen de yürmol, frente las de los dioses, de los semidioses y de los hérocs.
que la multitud reverenciaba.
El cotusiasmo de los congregados bajo la égida del nombre del Justo fué inmengo.
El oro afluia: había dones fastuosos de ricos que decían ballarse de acuerdo con el pensamiento del Justo, y minimnas ofrendas de infeljees que le habían reconocido como su defensor, Los ricos, hablando de la estatua, decían con orgullo. Nuestra abra.
Reuniéroose los más acquialados influyentes para impover su dominio, porque vo convenia iqué había de convenirl dejar a la plebe su iniciativa, y delegaron uno de los suyos para que visitara al zapatern Liberto, caso tracicra solicitarlo por aquellos celécticos que gustaban de ser vistos en el portal del remeudon y afectaban.
gran placer en estrechar entre sus manos finas y perfumadas la sucia y callosa del pobre trabajador.
El enviado de los ricos entró en el cuchitril, y después de los saludos dijo: Liberto, yengo coviado por los que han decidido rendir eterno homenaje a aquel cuya pérdida es para tí, como para ellos, motivo de grad dolor. Sa bemos que eres pobre y que te sacrificas por otros más pobres aún, y por lo mismo ao te pedimos una moneda, solicitamos el apoyo de tu nombre que ama la multitud.
Qaerepios que en las hojas del Libro de Oro delos Donaa