GERMINAL; mm. La novia del león Cuadro de Gabriel Mast!
RRANCADO las selvas tropicales, et león do debía conocer jamás el ador. Para que sus gatras, su meleva alborotada y su arrogancia de galán alta pero y hermoso, si no podria nunca lucirlag sacudiendo su cabeza de rey ante tina heitibra enamorada? El capricho de los hombres lo había dispnesto asi. Apenas hubieron muerto su madre para cogerlo vivo, metieron al cachorro indefenso en una jaula, de la que nunca volverla salir, y en dopde lo maltrataba el odioso donador con la varilla enrojecida al fuego y cau el latigo; pero toh fuerza irresistible del instintol todo le fue dulce; la prisión, las burlas, la estrechez del oubil, desde aquel dia de primavera en que la gentil joven de ojos azules y de frenzas rubias como un trigal, la hija de su verdugo, llegó la jaula, con recelo primero, paulatinamente, fue acercándose la bestia rebelde, hasta hundir. y sin temor sus manecitas blancas en las espesas y ásperas crines.
El amor brota en el corazón de la bestia con su cortejo de esperanzas, de deseos y de celos; sólo sintió no poder huir con ella una gruta de la montaña, lejos de aquel joven que a veces venia aconipailarla hasta 14 reja; del odiado rival.
Un día el león adivino que los hombres querían arrebatarle hasta el derecho de amar. el ooarea con la postalgia de sus selvas, la vio acercarse el cono siempre, dulce y carinosa; pero coronatla de azahares, envuelta en un traje alveo y medio oculto el rostro resplandeciente por el velo nupcial, y del brazo del hombre, de aquel hombre nás odioso para él que el domador, que el amo.
Ella entró en la jaula sola: venía decirle adiós, bundir por la vez última sus manecitas perfumadas entre las crines ásperas del león, acariciar su lomo aterciopelado; pero el noble animal, cegado por los celos, en un arranque de ira, salta sobre ella y de ua zarpazo le arrebata la vida, sin destrozar bil cuerpo escultural, tan querido El novio corre, busca enloquecido un arma, quiere en su desesperación vengarse, matarie! Es en rano. La realidad la iinoviliza, sólo puede asir con las mattos crispadas los barrotes de la jaula y elayar sus ojos extraviados en el cuadro sombrio.
Ei león, impasible, arrogante, fiero, parece decirle con la inmovilidad de sus enorines pupilas glancas. Es mía! Consuélate con la viltima mirada de tu prometida. Nuestras nupcias bad sido oficiadas por la Muerte. Marius Paul Tibby TY