le GERMINAL Margarita Recuerdas que querías ser una Margarita Gautier? Fijo en mi inente tu extraño rostro está. cuando cepamos juntos en la primera cita. era una noche alegre que nunca volverá.
Tus labios escarlata de púrpura malditas sorbían el champagne del fiuo baccarat; tus dedos desłajaban la blanca margarita.
Sí. nó. sí. no. Isabías que te adoraba ya Después Tob for de Histeria! Ilorabas y reías; tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo.
tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mías. en esa tarde triste de los más dulces días, la muerte, la celosa, por ver si me querías: como una margarita de ainor te desiojó. Rubén Darfo il El eterno deseo De mis azules sueños la rubia virgencita me ofrece complaciente las fresas de su boca; me brinda sus encantos y ríe como una loca, al esquivar mis besos en juego que me irrita, Persígola afajoso, y a veces, ella imita descuido voluptuoso que mi pasión provoca, y cuando ya mi labio al suyo casi toca, se escurre de mis brazos y mi caricia evita.
Mis ansias amorosas con esas burlas paga, hurtando siempre el cuerpo mi deseo ardiente hasta que, al fin rendido por tanto esfuerzo vano, la veo, allá lo lejos, perderse entre la vaga bebliua de los sueños, enviándome riënte de besos un eniambre con su rosada mano. Blanes Diale