VIDA TERDID mama vireu y mueren sin tener doticia siquiera de este ar.
te único y supremo. Hasta en nuestra sociedad cristiana ajenas si un kopbte coifre ciento se cuida de El; los otros Nuventa y nụeve viven y mueren, de generación en genç ración, aplastados por a trabajo sin gustar nuestro ár: te, cjue es, por otra parts, de tat espccic que, aun cuando cuidaraa de él, no lo comprcaderíaa. Se olijetará quc si todos do participat del arte actual, no puede achacarse la colpa al arte, sino la falsa organización de Dilestra sociedad, y que puede preverse para lo porvenir un estado social en que el trabajo fisico lo harria en gran parte las máquitas y estará aliviado por una distribución más general y equitativa. Entonces no bairá houbres que estén obligados a pasarse la vida enterue entre bastidores para liacer los cambios de decoraciones, a tocar el corpetín en las orquestas, a imprimir libros; los hombres que harán tales trabajos sólo emplearán en dlos algunas horas y podráo gozar de las delicias del ar.
te et resto del día. Esto es lo que dicen los defensores del arte actual, cgoto estoy de que ni ellos mismos creen lo que dicen. No: pucden igiiorar que el arte, tal como lo entienden, tiene por condición iecesaria la opresión de las masas y sólo perdura gracias a esta oprexión. Es indispensabic que mavás obreras se consumar trabajando para que pues.
tros artistas, escritores, músicos, bailarines pintores, alcancen el grado de perfección que les permite producir: hos placer. Emancipad a los escluvos del capital y será tan imposible producir ese arte como imposible cs, ligy por hoy, hacer guzar de él esos mismos. escla vosi Saponicndo que esta imposibilidad desapareciera y que se hallara un medio para poner el arte, tal como abora se entiende, disposición del pacblo, otra conside