Carmen Lyra

RENOVÁCION 1093 Posó su mano en la cahëzá de Ma el clial jugueteaba con el corderillo la ría. Lepantate, inujer! Tu recuerdo jovencita de alba vestidura. Terdurará a través de los tienipos Blanquëaba entre los mirtos y las irá unido al mio como el perfume del palma la septiltura doméstica y Lázalirio la flor, ro la contemplaba cou su, tulirada llena El silencio reinó otra vez en la sala de misterio.
de aquella casa de Betania que se le Afuera se arrullaban las palomas, y vanta sobre los tiempos bíblicos como la fuente se alejaba con el glui glu el urás encantador ouvinento de quejuinbroso que cantaba su agua. ailior. Rabi iraba caer las soinbras, El paisaje que eijmarcaba la gran sobre el campo. Había eu su rostro ventana abierta se deshacía en la som una dulzura infinita coino si su albia lira. Ya no se distinguia ni el camino gustase de algo exquisito, innleusacon el rebaño de cabras negras, ni la mente bello y delicado.
casita con su pórtico de hiedra, bajo CARMEN LIRA CRÓNICAS SOCIALES ¡Cristo ha muerto. Iisa gente sufre y calia, Ferníu, la lenta partida de los rebeldes, y porque las enseñanzas que heredaron agraudándose hasta convertirse en un de sus antecesores són más fuertes que sol, así conio se aproxipiaban ella, sus cóleras, Pasan descalzos y. nan. escalando alturas, aplastando privilebrientos ante la imagen de Cristo; les gios, derribando dioses, en diceu que murió por ellos, y el rebaño Los grandes ensuetios de la Poesia: miserable no piensa eni que han tras acudían la niemoria de Salvatierra y CUTido siglos sin cumplirse nada de hablaba de ellos su acompanhaute con lo que aquél prometió. Todavía las la voz trémula y sorda de un profeta lembras, con el femenil sentimenta en plena visión, lisino que lo espera todo de lo sobre Un estreinecimiento de las entrañas al. admiran sus ojos que 110 ven. de la tierra había conmovido 11 dia at y aguardan isia palalra de su boca, muuclo antiguo. Los sirholes gimieron inuda para siempre por el niás colosal en los bosques, agitando sus melenas de los fracasos. Hay que gritarles: de. liojas; conio plañideras desesperaNo pidáis los fuertos; secaci vues das; un viento fúnebre rizó los lagos tras lágrimas para buscar en los vivos. y la superficie azul y luminosa del el remedio de vuestros wales.
mar clásico que había arrullado duSalvatierra se exaltaba, elevando su rante siglos en las playas griegas los voz en el silencio del crepúsculo. El diálogos de los poetas y los filósofos, sol se había ocultado, dejando sobre Uu lawerito de muerte rasgó el espala ciudad 1114 aureola de incendio, Porcio, llegando a los oídos de todos los la parte de la sierra destacábase en un hombres, El gran Pan ha muerto cielo de color de violeta la primera es Las sirenas se slimergieron para trella anunciadora de la noche. El rè siempre et las glaucas profundidades, yolucionario. la piiraba, como si fuese las ninfas huyeron despavoridas las el astro que había de guiar bacia más entrañas de la tierra para no volver amplios horizontes la mucheduwihre janús, y los templos, blancos, que del llauto y del dolor; la estrella de la cantaban conio hininos de mármol la Justicia, alumbrando pálicla indecisa alegria de la vida bajo el torreute de