CERMINAL PAEZ Con el sol que en hierro de su lanza fulgura Pecho y brazo desnudos de coraza y broquel. Se destaca el guerrero por la vasta llanura Sobre el dorso indomable de su bravo corcel.
Cual león en la selva; cual condor en la altura, Que despliega sus alas al inmenso dosel, Se ve en medio del llano su bizarra figura Tras legiones dispersas en confuso tropel.
Por la ola soberbia y el peñasco sinuoso, Por la nube de fuego del vivac, victorioso, Reventó su galope del clarín al compás; cual rayo que es muerte y es estruendo y es lumbre Clavó el bravo llanero su pendón en la cumbre.
Donde España, la heróica, no vió el suyo jamás.
José MANUEL SAAVEDRA Impresiones cartaginesas.
El domingo pasado me levante de buen humor. cosa que no he podido todavia explicarte) me puse el flux de pontificar, y después de haber explorado concienzudamente mis bolsillos, descubri que estaba en fondos. Pensé en GERMINAL, por no se porque capricho de la imaginación, se me ocurrió que en Cartago ballaría algo en que entretener mi punteagudo lápiz de cronista.
Héteme ya en la noble y leat villa, en cuya entrada escribiria yo aquel verso de Lucrecio, del más sombrio de los poetas Istinos: Et eum perire ruinas. Hasta las mismas ruinas han perecidol)
Eripiezo recorrer con diAcultad las calles; limpias ya de escombros, donde la gente del pueblo se agrupa y se atropella; paso enfrente de una inter: minable Alla de barracas de madera, donde se venden toda clase de legumbres y cereales, y llego al Parque. Está desierto Entonces, plenso en la Virgen y me voy la Iglesia de los Ángeles. Contemplo con tristeza esos muros fuertes y enormes que dislocó el terremoto y en cuyos flancos la dinamita ba abierto brechas insignificantes. Examino desde lejos esos fragmentos de torres que parece que ya van cier, ese techo que está por venirse Abajo, y no puedo menos de sonreirme al leer en el frontis