GERMINAL De Dualidades heróicas Agarena, la dulce, la sin par Agarena. tiene trisces los ojos y marchica la boca. ha trocado los naipes, y el cuerno, y la loca.
baratija, por una crucecita muy buena.
Trenzó una danza alegre sobre la parde arena que el sol de los desiertos con su impiedad sofoca, y fué sobre un camello que al sortilegio invoca hacia un convento donde crucificar su pena.
Hoy tortura sus carnes con un duro cilicio, y ya su triste vida, suplicio tras suplicio, en el convento donde sacrifica su pena. pero en las noches blancas sueña baile de osos, panderos, y canciones, y dátiles sabrosos. Agarena, la dulce, la sin par Agarena. MANUEL CERVERA Pepilla Sanmartín Para la espiritual Flor Dalica Tin! Tin! Tin! Siete más siguieron; y el viejo reloj mural, indiferentemente, como guardián del Tiempo, continuó con su tic tic isocrono. En la Escuela, como movidas por una descarga eléctrica, las niñas se pusieron de pie; sus rostros, resplandecian de alegría, abandonaron precipitadamente sus bancos y el desfile empezó.
Ya en la puerta, como una colmena la que se hace un agujero, las niñas se fraccionaron en todas direcciones. conversando como cotorritis; aquí una que salta, allá una que al tropezar llora; aquella mondá un zapote, la de más allá insinúa una picardía. La melancolia no ha tocado esas almas, no ha desflorado aún esos capullos. Tras ellas, Va Pepepilla Sanmartin, una de las maestras de la escuela; viste sencillamente, pero con elegancia; es morena, de ojos grandes y negros; boquita roja inverosímil de puro