IV.
LAS REPRESIONES empeñó en obligarlo a regresar a Moscú. Eli Altamirano se negó respondiendo: en Panamá sólo estoy de tránsito en rumbo a Nicaragua; permítanle a Somoza el placer de juzgarme por mi lealtad a la causa del comunismo y a mi Patria. Los captores de la CIA, luego de no lograr que aceptara regresarse al exilio, al día siguiente lo dejaron tomar avión a Costa Rica para así entregarlo, mediante comunicación telefónica de por medio, a las autoridades costarricenses. Un grupo paramilitar lo esperó en el aeropuerto de San José de Costa Rica, lo capturó y secuestro. Nuevamente lo amenazaron de muerte si no se regresaba al exilio. Con los mismos razonamientos, fracasaron estos otros intentos y las autoridades ticas procedieron a entregarlo a la seguridad somocista en Peñas Blancas. Todavía en presencia de los militares ticos que lo entregaron en la frontera, el comando somocista, como jauría desbocada cayo encima del reo comunista esposándole las manos y amarrándole los brazos y las piernas para trasladarlo a Managua.
De 1956 a 1982 Elí Altamirano sufrió incesantes persecuciones, encarcelamientos, torturas y atentados contra su vida. La reacción nicaragüense y los regímenes somocista y sandinista desataron contra él y el Partido Comunista de Nicaragua furibundas campañas de calumnias, igualmente el oportunismo que ha tenido en ellos a los principales bastiones de la lucha contra la explotación y opresión y contra las traiciones al pueblo.
En su trayectoria revolucionaria Elí Altamirano ha sufrido: de parte del régimen de los Somoza 32 encarcelamientos. En estos mismos casos en ocasiones lo fulminaron con la Ley Quintana. sentencia sumaria de meses de arresto inconmutable que el somocismo creó y aplicó a los comunistas y revolucionarios nicaragüenses. La democracia de Costa Rica lo encarceló dos veces en San José: la primera lo hizo la seguridad costarricense; la segunda corrió a cargo de la CIA que opera en ese país. El régimen sandinista lo arrestó tres veces, a la par de dos brutales represiones al Partido Comunista de Nicaragua, ocasiones en las que el Frente Sandinista de Liberación Nacional y su gobierno seudorrevolucionario persiguieron, reprimieron y encarcelaron centenares de dirigentes y militantes comunistas en todo el país.
Elí Altamirano ha sido digno reo político: jamás ha delatado a nadie ni dado información a sus captores, razón por la que en varios arrestos fue torturado.
Seis veces ha sido enjuiciado en los tribunales, de éstas, acusado y enjuiciado veces por el régimen somocista y por el sandinista de violar la Constitución Política de la República y de alterar el orden público, ocasiones en las que siempre también fue condenado a cárcel sin prueba alguna.
En mayo de 1963 el gobierno de René Schick lo dejó en el exilio, del que se arrojó a regresar desafiando a la CIA y al somocismo, utilizando para ello documentación falsa. En esa oportunidad lo condenaron a dos años de prisión, de los cuales cumplió sólo meses en vista de la presión popular en pro de su libertad.
En seis veces ha enfrentado el peligro de ser asesinado. Estas son: a En abril de 1966 en las montañas de La Tronca, departamento de Matagalpa, en donde realizaba trabajo político clandestino. Allí fue denunciado, y en base a dicha denuncia que personalmente la llegaron a hacer al comando de la Guardia Nacional de la ciudad de Matagalpa, fue criminalmente perseguido, localizado y capturado por una patrulla de la al mando del Teniente Porfirio Delgado, quien lo golpeó salvajemente e intentó fusilarlo, a él y al grupo que lo acompañaba, entre ellos el dirigente campesino Santiago Arteta García. Este intento de fusilamiento a Elí Altamirano y sus camaradas no se consumó porque lo impidieron mil campesinos que se encontraban con él y otro tanto de la zona que se movilizó para evitarlo. En julio de 1969, nuevamente en San José de Costa Rica, a donde llegó desde Nicaragua cruzandose clandestinamente las fronteras con el propósito (fallido) de explicarle al Partido Vanguardia Popular los problemas teóricos, ideológicos y políticos que el ala proletaria del viejo Partido Socialista Nicaragüense enfrentaba con los nuevos líderes de dicho partido. En esta ocasión un comando de la CIA lo sacó del escondite en donde lo habían refugiado sus camaradas costarricenses, y lo secuestro.
Este cautiverio fue rigurosamente clandestino y sus secuestradores constantemente manifestaron el pro1 En agosto de 1964 en Panamá, de regreso clandestino del exilio a Nicaragua, la CIA lo capturó y bajo amenaza directa de hacerlo desaparecer se