BIOGRAFIA DE ELI ALTAMIRANO Página 54 bros y no miembros de la Asamblea Nacional; con todas las fuerzas cívicas de Nicaragua.
ciones comerciales y del manejo gubernamental de las finanzas.
Invariablemente cambiar las relaciones de dependencia económica de Nicaragua y estructurar unas nuevas en correspondencia a los intereses de su desarrollo nacional y del progreso social del pueblo nicaragüense.
El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME)
ofrece vastas oportunidades a cuanto país desee, luche y trabaje por su desarrollo independiente. Por medio del CAME Nicaragua necesita y debe profundizar sus relaciones económicas, técnicas y científicas con los Estados de la Comunidad Socialista. De igual manera profundizarlas con los Estados del Movimiento de Países No Alineados, y con todos los Estados y potencias capitalistas que sean capaces de sostener con el nuestro relaciones de provecho mutuo y de respeto a nuestros principios de Soberanía y Autodeterminación nacional.
Los desfalcos, fraudes, supernumerarios de personal, burocratismo y deficiencias en los órganos del Estado, lo mismo que el mercado ilegal y la especulación comercial, son problemas y lacras que tenemos que erradicar sin contemplaciones. su vez, imponer una verdadera y severa austeridad, eficiencia y productividad en las instituciones del gobierno y en todas las empresas del país.
Otra medida imprescindible, es trabajar con diligencia, con gran amplitud y profunda visión constructiva por la repatriación de los profesionales y técnicos que se han ido por razones económicas y huyendo de la estridencia del sectarismo y la prepotencia.
Para la solución democrática y patriótica a la crisis que sacude a Nicaragua, a la par de los recursos es preciso disponer de Planes efectivos para la Reconstrucción Nacional, de Programas de desarrollo integral del país, de líneas y criterios profundamente democráticos y científicos, disponer de compacta disciplina, de probado temple revolucionario, de respaldo, respeto, cariño y autoridad política entre las masas. El pueblo nicaragüense sabe que nuestro Partido cuenta con esos necesarios atributos, y que sus capacidades y energías están consagradas a la lucha por las soluciones verdaderas a los problemas de la Patria.
Consciente de que la gigantesca empresa que está planteada no es tarea de un solo partido, el Partido Comunista de Nicaragua lucha por forjar la unidad de acción con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, el Partido Socialista Nicaragüense, el Partido Liberal Independiente, el Partido Popular Social Cristiano, con todos los demás partidos miemNuevamente enfatizamos nuestro desacuerdo con las pretensiones de solución extranjera a la crisis de nuestro país. La crisis y los problemas que nos aquejan, son crisis y problemas de la sociedad nicaragüense y deben, por tanto, ser resueltos total y exclusivamente por los nicaragüenses, y aquí en Nicaragua.
El Partido Comunista lucha contra la agresión imperialista y la injerencia externa. Se opone sin dobleces a los arreglos en detrimento de los principios e intereses nacionales y de espaldas al pueblo y a los partidos y fuerzas progresistas nicaragüenses.
El Gobierno Sandinista no tiene por qué suscribir compromisos internacionales que no partan de acuerdos de consenso que las diversas fuerzas del país puedan y deben convenir para conquistar la paz, superar la crisis y salvar a la Patria.
Frente a la nefasta alternativa que presenta la política del gobierno de Estados Unidos de América, que exige la capitulación ante los intereses del imperialismo, o una mayor agresión que desemboque en la invasión directa de las tropas norteamericanas a nuestro suelo, nuestro Partido firmemente reitera su lucha por el Diálogo de Salvación Nacional con vistas a concertar acuerdos de consenso para el fortalecimiento de la defensa de la Patria, de la lucha por la paz digna, y por soluciones democráticas y patrióticas a la aguda crisis que hunde a Nicaragua.
Las medidas de profunda democracia nacional en nada contradicen los objetivos cardinales del proceso revolucionario; por el contrario, constituyen necesidad sustancial para la realización exitosa de las tareas llamadas a superar la grave crisis integral.
No se debe permitir la creación y alimento de contradicciones artificiales. Tampoco se debe responder al reto de las confrontaciones internas que gesta y estimula el enemigo, porque nuestra economía está en ruinas, el país en gigantescas dificultades, en angustias, en peligros a cuales más descomunales, y por tan compleja y delicada situación sólo es la hora de sólidas soluciones de consenso nacional.
La revolución democrática y nacional, capaz de realizar las tareas pendientes propias de toda revolución democrático burguesa, y así también de hacer avanzar al país hacia la superación patriótica y progresista de sus ingentes dificultades, es el camino conveniente, urgente y seguro para salvar a Nicaragua, y es la vía que puede convenirse con el más amplio y sólido respaldo nacional e internacional.