BIOGRAFIA DE ELI ALTAMIRANO Página 43 LA ALGARABIA DE LA BURGUESIA MUNDIAL do fallidos, mas no por causa de la teoría si no por la inconsecuencia humana en su aplicación.
Los fracasos de los primeros experimentos, además de lo prematuro que han sido, en medida deci siva se han debido a la influencia del capitalismo en la concepción y el proceder de los dirigentes comunistas.
El afán de los dirigentes de ligar la victoria del socialismo y el comunismo al término de su vida personal, responde a una desviación anidada en la conciencia intelectual de la sociedad burguesa que imprime a esta dilatada odisea histórica una dimensión generacional. Estos criterios, que han sido tan comunes en las primeras experiencias fundamentales del socialismo, no son otra cosa más que expresión del egoísmo e individualismo; producto de la necia fantasía que engendran las concepciones subjetivas nacidas del espíritu pequeñoburgués.
El caudillismo. el mesianismo, el culto a la personalidad. el carrerismo. son engendros que nada tienen en común con el marxismo leninismo, vicios burgueses y pequeñoburgueses que han abundado en los primeros ensayos de socialismo causando descomunales estragos.
Todas esas expresiones enfermizas tienen sus raíces en la propiedad privada y en las relaciones mercantiles del capitalismo, de una parte, y en Yas concepciones genuinamente burguesas, de otra.
Además, la burguesía no logra todavía emanciparse de la influencia absolutista de las monarquías ni de los métodos despóticos de Maquiavelo y Richelieu, trasladando a las nuevas generaciones las tenebrosas concepciones del pasado.
El anticomunismo es una ideología extremadamente reaccionaria, ajena por completo a los intereses de los trabajadores y a los intereses vitales de los pueblos. No obstante, bajo su influencia aún se hallan masas considerables del mundo, especial mente en situaciones como las nuestras en donde a las supervivencias del medioevo se agregan la calumnia y el confusionismo oficiosos.
En países con experiencias como las nuestras, el anticomunismo tiene mucho de qué echar mano. El embrollo de muy mal gusto que en Nicaragua se presentó como revolución. es precioso material para la reacción, sobre todo porque se envolvió en celofán marxista.
Pero aun con todo, el anticomunismo en nuestro medio luce repugnante sortilegio de barata brujería. Fragmentos de: Rechazamos el anticomunismo. Periódico AVANCE No. 312, 17 de febrero de 1993. Ahora estamos frente a los resultados que produjo la tan propagandizada reestructuración del socialismo. Por supuesto que los desenlaces han puesto en claro que la Perestroika y Gorbachov son anti marxista, anti leninista, anti partido; de claras posiciones socialdemócratas envueltos en ropaje que ante muchos y por algún tiempo les encubrió sus propósitos liquidadores.
Pero son ingenuas las manifestaciones triunfalistas de la burguesía y de los apologistas del capitalismo. Han batido palmas rebosantes de alegría por la desaparición de la URSS. ii Se acabó el comunismo. exclamó exaltado el diario La Prensa. El comunismo se desplomó porque es una doctrina obsoleta. pregonó en Nicaragua la distinguida intelectualidad burguesa.
Políticos, periodistas y oportunistas de toda laya con ironía nos preguntan. cuándo cambiarán el nombre a su Partido? En tanto George Bush jura y perjura en el Capitolio de que nunca volverá a haber socialismo en ninguna parte del mundo.
Se olvida toda esta gente de las profundas contradicciones del capitalismo que la sociedad burguesa no puede resolver, del curso ascendente del desarrollo histórico de la sociedad, el que siempre marcha de lo viejo a lo nuevo.
Piensan como niños de pecho al concluir que en virtud de los cambios acaecidos para el socialismo y el comunismo todo se acabó.
Pretenden ignorar la explotación y opresión capitalistas que siguen en lo fino. Cierran los ojos frente a la existencia real de los monopolios nacionales, de los monopolios internacionales, del militarismo, de las oligarquías criollas, del imperialismo, de los gigantescos latifundios ociosos, de la pobreza, del hambre, del atraso y la miseria de los pueblos oprimidos y explotados; del saqueo inmisericorde a los países pobres y pequeños, del escandaloso enriquecimiento de las transnacionales y de las metrópolis del capitalismo a costa del sudor, del trabajo, de la sangre y del sacrificio de los trabajadores y de demás naturales de las naciones saqueadas; de la larga cadena de países que a causa del colonialismo y del neocolonialismo que los ha exprimido arrastran el atraso secular y el subdesarrollo de siglos.
Toda esa gente se olvida de las guerras promovidas por los Estados imperialistas, por los propietarios de la gran industria bélica y por los halcones al servicio de ambos. Creerán estos ilustres caballeros que con los rudos golpes asestados a la URSS y a demás Estados Socialistas las contradicciones,