BIOGRAFIA DE ELI ALTAMIRANO Página 42 cambio, lo que de manera ruidosa se autocalificó vanguardia revolucionaria. producto de su propio oportunismo ha evolucionado al derechismo y se encuentra defendiendo reaccionariamente los grandes intereses creados de sus dirigentes y los intereses económicos, militares y políticos del cogobierno.
En tan fenomenales mutaciones se observa el profundo trabajo teórico y político del Partido Comunista de Nicaragua. Francamente, en el desarrollo cualitativo de la conciencia nacional los comunistas hemos venido desempeñando un papel calificado. Pero hay que decir que al lado de lo progresista que está nutriendo el pensamiento político de la UNO, militan aquellos que no han podido marcar el paso con los progresos ideológicos y que víctimas de sus arcaicas concepciones eructan a menudo anticomunismo.
El anticomunismo apareció antes de fundarse la teoría marxista, como respuesta visceral de la burguesía y la aristocracia feudal a las primeras concepciones de clase del proletariado. mediados del siglo pasado, cuando Marx y Engels escribieron el Manifiesto del Partido Comunista, el comunismo ya venía siendo acosado por el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.
Ulteriormente, con la difusión internacional del Socialismo Científico y el consiguiente incremento del movimiento obrero aumentó el peso del anticomunismo en la ideología burguesa. Más tarde, con la formación de la URSS y del socialismo mundial el anticomunismo se transformó en la base fundamental de las doctrinas y de la política del imperialismo. Ya en las condiciones de lucha entre los dos sistemas sociales opuestos, el anticomunismo pasó a convertirse en la ideología oficial de todos los Estados capitalistas. La sociedad burguesa, por tanto, a través de sus centros de enseñanza y de toda su superestructura sólo cultiva y fabrica conciencias y espíritus en correspondencia a los intereses del capitalismo, que por su propia naturaleza y espíritu de conservación son adversarios jurados del comunismo.
Con el surgimiento del marxismo el anticomunismo ya se presentó como la expresión furiosa del capitalismo frente a las fuerzas espirituales y materiales de la nueva sociedad nacidas en su propio seno.
Su naturaleza no es la verdad ni el afán de esclarecer las ideas; su esencia es la mentira, la calumnia, la infamia contra los Comunistas y su causa proletaria.
Su contenido es la reacción ideológica y política de la gran burguesía, lo que se expresa en su odiosa oposición a las transformaciones políticas, económicas y sociales que partiendo de la teoría y del programa del socialismo científico representa el Partido Comunista.
El anticomunismo es vieja arma de la reacción oligárquica de cada país y de la reacción imperialista a nivel internacional. Es esquema reaccionario en el modo de pensar, residuo de la santa inquisición en la conciencia de los sectores más retrógradas de la sociedad contemporánea.
El marxismo vino a ser la concepción materialista más completa sobre la naturaleza, la sociedad, el conocimiento, la historia, el desarrollo general, las transformaciones sociales, y hasta hoy constituye la doctrina científica más armónica y avanzada acerca del Hombre. Vivimos las postrimerías del Siglo Veinte, tiempos en cuando ya se han cumplido más de 150 años de profunda edificación de la teoría y de la práctica de los Comunistas en la conciencia universal.
El Comunismo es paz en todo el sentido de la palabra; amor al trabajo; dicha, desarrollo y progreso continuos; libertad, igualdad y fraternidad entre todos los pueblos de todos los continentes y entre todos los hombres de todas las razas y nacionalidades. Si a estos grandes objetivos no se llegó en las experiencias dadas en la URSS no fue por causa de nuestra teoría; la cuestión es imputable por entero a la sociedad capitalista porque las fallas y errores que causaron los problemas de la Unión Soviética y de la Comunidad Socialista es fruto de la influencia del capitalismo en el seno de las fuerzas de la nueva sociedad, que ineluctablemente están llamadas a sustituir al régimen burgués y a construir el socialismo para edificar el comunismo.
En la lucha por su emancipación los explotados y oprimidos se han visto poderosamente armados con la teoría del Comunismo. Los pueblos de la Tierra testimonian la identidad de la sociología marxista con su historia y sus aspiraciones más sentidas.
Por su parte el mundo ha podido presenciar los colosales descubrimientos que a la luz del materialismo dialéctico y del materialismo histórico han enri quecido las ciencias en sus diversas partes integrantes, así también las portentosas aportaciones de los Partidos Comunistas para el desarrollo de la sociedad contemporánea.
Franca y abiertamente reconocemos nuestras fallas. la par de las creaciones que la lucha de los Comunistas ha propulsado, la Humanidad también ha experimentado nuestros errores garrafales cometidos en los intentos de edificar el socialismo.
Hasta hoy los empeños en tal sentido han logrado extraordinarias conquistas, que al final han resulta