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Elí actúa bajo el principio materialista de la verdad como criterio esencial de los procesos, por eso es un formidable adversario de la mentira, de la impostura y de lo falso; siempre asegura que las grandes soluciones, los éxitos y el desarrollo de la Sociedad están íntimamente ligados al supremo criterio de la verdad.
Esto lo ha convertido en un insigne luchador contra el oportunismo de cualquier pelaje.
Nunca ha aceptado a alguien que tenga ese modo de actuar y de vivir; por eso su presencia y su papel en las contiendas nacionales es una verdadera garantía para el pueblo nicaragüense y para todas las luchas políticas, democráticas y progresistas que se desarrollan en el seno de nuestra Sociedad.
Por las razones señaladas, sus camaradas, amigos y adversarios no pueden dejar de respetarlo, de reconocer en él a un verdadero exponente de las causas justas de nuestro pueblo.
Pero a pesar de eso, los que adversan sus ideas y su espíritu indoblegable no ocultan sus enojos, sus preocupaciones, el celo y la miseria que les embarga, y a la luz de esas mezquindades ridículamente se empeñan en tratar de disminuir su influencia y personalidad. Los diarios escritos y los programas noticiosos de televisión, defendiendo los grandes intereses creados mantienen contra este notable hijo del pueblo una descarada conspiración del silencio. Así, tal como en el somocismo, en cuando los detractores del comunismo lo calumniaron hasta más no poder intentando vanamente de aislar a los obreros y a sus luchas de las posiciones y luchas de clase que encabeza el Partido del cual es su guía y jefe principal, ahora nuevamente esos mismos medios de difusión organizan y le aplican una sucia política de vulgar y grotesca discriminación, digna de los mejores tiempos del macartismo.
Pero el propósito de aislar del pueblo a Elí Altamirano y al Partido Comunista de Nicaragua es tarea imposible, porque ambos son legítima y digna expresión de los explotados y oprimidos y ocupan lugar especial en la conciencia de los proletarios, de los campesinos, de los trabajadores, del pueblo en general.
Estimado lector: En vuestras manos ponemos una pequeña parte de la vida revolucionaria y de la creación intelectual de nuestro camarada Elí Altamirano, que servirá para conocerlo mejor y para poder calibrar el destacado papel que en la historia moderna de Nicaragua y en el curso de los acontecimientos nacionales este hijo dilecto del pueblo viene jugando. Además, entender más nítidamente los episodios y problemas escabrosos por los que ha pasado y pasará la Humanidad en rumbo al progreso y hacia su emancipación definitiva.
Por último, quiero señalar la unidad indisoluble que hay entre la biografía del camarada Elí y la historia de nuestro Partido Comunista de Nicaragua. La fundación del Partido, sus estrategias, sus tácticas, sus victorias, así como el tener que encarar sin vacilaciones y con éxito todas las dificultades que imponen las luchas por el futuro luminoso de nuestro pueblo, los comunistas y el Partido las hemos encontrado con Elí.
Vaya para el camarada Elí mi admiración, aprecio y respeto. nombre de todos los comunistas de Nicaragua recibe querido camarada el más fuerte abrazo.
Managua, 20 de julio de 1995 Ariel Bravo Lorío