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Lecturas de clase del Grupo Internacionalista 95 ta en América Latina desde que el Ejército Rebelde de Fidel Castro entró en La Habana en 1959, y los imperialistas norteamericanos han jurado anular estos dos triunfos.
Como en todas las revoluciones modernas a partir de la Comuna de París, las mujeres jugaron un papel activo en la lucha nicaragüense, incluso como combatientes del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN. En las últimas fases de la lucha contra Somoza, hasta el 30 por ciento de los combatientes del FSLN eran mujeres. Esto mortificó particularmente a aquellos para quienes la vocación de la mujer se limita siempre a la casa y la cocina.
Pero después del triunfo, las mujeres fueron desmovilizadas. Las mujeres en el Ejército Popular Sandinista fueron restringidas a actividades no de combate. Esto fue parte de un esfuerzo consciente para conciliar a los reaccionarios, una garantía a la burguesía de que la revolución no iría demasiado lejos. Hoy día, ante la amenaza mortal de la contrarrevolución y la invasión patrocinadas por los EE. UU. el gobierno pequeñoburgués de los sandinistas ha permitido de nuevo que las mujeres tomen las armas, en parte bajo la presión de la Asociación de Mujeres Nicaragüenses (AMNLAE. millares de mujeres nicaragüenses se han presentado como voluntarias.
El aplastamiento del corrupto régimen de Somoza instalado por los EE. UU. y la despavorida fuga fuera del país de su Guardia Nacional abrieron la posibilidad histórica del derrocamiento del capitalismo en Nicaragua.
Pero esto aún no ha sucedido. Los radicales pequeñoburgueses del FSLN tomaron el poder con el aparato estatal burgués en ruinas y en ausencia de la clase obrera como contendiente por el poder a cuenta propia. Como dijimos Workers Vanguard (17 de agosto de 1979. la destrucción de la Guardia Nacional de Somoza ha abierto un período en el cual todavía no está fundamentalmente determinada la naturaleza de clase del estado nascente (ver Nicaragua:cuna nueva Cuba? Spartacist edición en español No. 8, agosto de 1980. Los sandinistas han tratado desesperadamente de mantener esta situación de ni uno, ni otro con sus utópicos proyectos de economía mixta, política exterior no alineada y pluralismo político.
Pero la historia, y Ronald Reagan, no se los permiten.
Hoy en día, para sobrevivir, la revolución nicaragüense debe ser defendida, completada y extendida a toda Centroamérica. Los capitalistas nicaragüenses forman una quinta columna pro contras en el interior del país, y cuando la invasión norteamericana esté en marcha utilizarán su poder para hacer gritar a la economía como hicieron los capitalistas en Chile bajo Allende. Los trotskistas luchamos por la expropriación de la burguesía nicaragüense como clase. Las masas centroamericanas sólo podrán lograr su liberación social aplastando al sistema capitalista imperialista, y estableciendo una economía planificada a escala internacional que se extienda a la metrópoli imperialista misma.
La lucha por liberar a la mujer de su opresión milenaria, principalmente en el seno de la familia nuclear, es un aspecto clave de la lucha por la revolución socialista. La separación forzada de las mujeres de las fuerzas armadas sandinistas tuvo la intención de lograr estabilidad social. hasta la fecha a las mujeres nicaragüenses se les niega el derecho al aborto, para apaciguar al machismo endémico y sobre todo a la poderosa Iglesia Católica. Al tratar de aplacar a los imperialistas, conciliar la conservadora jerarquía católica del Vaticano y la burguesía nicaragüense, las cuales se esfuerzan activamente por derrocar la revolución, el gobierno sandinista arriesga su propia degollación.
En el Tercer Mundo de las brutalmente oprimidas ex colonias, donde el hogar es en el mejor de los casos apenas un tejado de hojalata sobre la cabeza, donde los soldados de las dictaduras del mundo libre utilizan sus bayonetas para arrancar los fetos de los vientres de las mujeres acusadas de ser guerrilleras, una vez que la lucha comienza de veras, las vejadas mujeres se convierten a menudo en las más feroces combatientes por la revolución social. Ellas, más que nadie, no tienen nada que perder más que sus cadenas. Unicamente a través de la revolución obrera que se extienda internacionalmente, especialmente hacia el potente proletariado mexicano, y se vincule con la revolución socialista exitosa en los EE. UU. imperialistas, será posible escapar del destino de miseria y opresión brutal.
Para asegurar el éxito de esta perspectiva leninista revolucionaria es urgentemente necesaria la construcción de un partido obreró trotskista, marxista leninista, capaz de movilizar a las masas trabajadoras nicaragüenses, refrenadas durante cuatro años por el régimen pequeñoburgués. La solidaridad internacional ante la desquiciada campaña de guerra de Reagan es una cuestión vital, porque tras el cerco de Nicaragua por la CIA está el plan de los EE. UU. de reconquistar Cuba para las ganancias capitalistas, y de aplastar a la Unión Soviética, cuna de la primera revolución obrera de la historia. En la manifestación de la Spartacist League el de noviembre contra el traidor respaldado por la CIA, Edén Pastora, en la ciudad de Nueva York, nuestras consignas expresaban esta decisión revolucionaria. Aplastar la nueva Playa Girón de Reagan Nicaragua necesita aviones MIG. Triunfo militar a los izquierdistas salvadoreños. La defensa de Cuba y la URSS comienza en Centroamérica. Por un partido trotskista en Nicaragua. Defender completar, extender la revolución nicaragüense!
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