46 Lecturas de clase del Grupo Internacionalista NACLA Dirigentes sandinistas marchan por el camino utópico y suicida de la via intermedia.
FSLN estaban embotelladas en el Sur. No es tan fácil sujetarlos cuando jugaron un papel activo en el derrocamiento del dictador.
Pero mientras que los obreros y sectores urbanos pobres estuvieron presentes en la lucha, fue como auxiliares a los guerrilleros sandinistas pequeñoburgueses y su alianza con la burguesía antisomocista. y no como una fuerza independiente de clase obrera. Conforme se ve cada vez más claro que el programa de unidad nacional del FSLN es un camino sin salida, todavía falta el elemento clave para una revolución obrera. Ante todo es necesario un partido proletario leninista trotskista, como en octubre de 1917.
No es imposible que elementos del movimiento sandinista puedan romper con él y pasar al lado obrero de las barricadas en medio de una polarización aguda de clases.
Pero no van a dirigir una tal polarización, y, como acabamos de ver, estos bonapartistas se han mostrado hostiles a toda forma de organización de la clase obrera que escapa de su control.
Más aún, al conservar la economía capitalista, le proporcionan a la reacción burguesa e imperialista una palanca poderosa. Por ejemplo, el año pasado fue un gran éxito al nivel económico. Pero eso aumenta la fuerza de la burguesía, porque en la medida en que recupere su poderío económico tendrá más control político sobre las masas. Si quieren ver un ejemplo donde fue aplicado este tipo de presión económica, basta con mirar a Chile. Lo que dijo Nixon a su embajador en Chile fue haga gritar a la economía. Ese fue el llamado Carril se acuerdan? tuvieron éxito. fines de 1972 y otra vez en 1973, por ejemplo, hubo la movilización de los pequeños camioneros para parar el abastecimiento, con el propósito fundamental de someter a la población al hambre. Apenas recortaban el transporte público, cuando comenzaba a escasear el arroz en las tiendas y llegaba la tasa de inflación al 300 por ciento, entonces comenzó a desesperarse la pequeña guesía.
Es entonces que reconocemos el Carril II. Como nos ha enseñado la experiencia de Alemania e Italia, la pequeña burguesía desesperada es tierra fértil para la reacción. no se equivocan, Reagan ya tiene un Carril II para Nicaragua. El país vive de un día para otro y si los EE. UU.
lo quieren, ellos pueden hacer que la economía grite al cielo. Por ejemplo, el paso más importante por Reagan en las últimas semanas no fue terminar la ayuda que los sandinistas ya habían dado por perdida sino parar todo embarque de trigo a Nicaragua. punto. Es decir que a partir de marzo, nadie en Nicaragua va a comer pan. Ya se pueden imaginar que clase de impacto eso tendrá sobre la unidad nacional.
iPor la revolución permanente!
Así pues, en su tentativa de abrir una vía intermedia en Nicaragua, los sandinistas simplemente dejan la vía libre para que la subversión imperialista degolle a los obreros y campesinos con un sangriento terror blanco. Igual que en El Salvador, el programa para Nicaragua debe ser: romper con la burguesía, movilizar a los obreros tras un programa de clase, expropiar a los explotadores. Es decir, confrontar no sólo las tareas democráticas de derrocar al tirano somoza, etc. sino romper los lazos del imperialismo, y barrer con los latifundistas e industriales, que condenan a las masas a una vida de miseria, sea por la esclavitud del salario o el hambre de tierra. esto requiere una dirección comunista proletaria, un partido trotskista que luche por la revolución permanente, por gobiernos obrero campesinos en toda la región y una federación socialista de México y Centroamérica. Podemos detallar algunas de las demandas transitorias concretas que levantarían los trotskistas en este momento en Nicaragua que van en este sentido? Bueno, un elemento sería por supuesto el apoyo a las luchas de las masas trabajadoras contra sus explotadores, en lugar de tratar de reprimirlos o conciliar con la burguesía antisomocista, ta!
como han hecho los sandinistas. Simultáneamente, una oposición comunista al actual régimen pequeñoburgués trataría de ampliar estas luchas en una ofensiva general contra el poder capitalista, reivindicando el control obrero en todas partes, dirigido a la expropiación de los capitalistas como clase por un gobierno obrero y campesino.