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6 Lecturas de clase del Grupo Internacionalista disponen a entregar un cheque en blanco a los sandinistas.
Managua ha pedido que los EE. UU. la provea de armamento para el nuevo Ejército Popular. El retraso de Washington en acordarlo incitó al famoso jefe guerrilleroy nuevo subministro del. interior Comandante Cero (Edén Pastora) a amenazar que la junta recurriría al bloque socialista para conseguir armas, aunque más tarde el ministro del interior Borge repudió esta declaración. pesar de las repetidas afirmaciones del régimen sandinista que desea buenas relaciones con Washington, la retórica antinorteamericana procedente de Managua intranquiliza a los diplomáticos de los EE. UU. Según el Washington Post (7 de agosto de 1979. Barricada, el órgano oficial del gobierno y único periódico actualmente editado en el país, describe la revolución antisomocista como una derrota para el imperialismo y hace referencia a la Organización de Estados Americanos como el Ministerio de Colonias del Departamento de Estado.
El deseo del imperialismo yanqui de tratar con el régimen nicaragüense va a afectar mucho su desarrollo y puede resultar decisivo en producir la reconsolidación de un estado comprometido a la defensa de las formas de propiedad capitalista. Pero por muy astuta que sea la política de Washington, la suerte del régimen nicaragüense también depende del desarrollo de la lucha de clases al interior de Nicaragua.
El futuro de la revolución nicaragüense Este gobierno de guerrilleros marxistas leninistas y grandes capitalistas no lo va a encontrar fácil dominar a un país cuya economía está arruinada, cuyo ejército ha huido y cuyas masas esperan más de la revolución que únicamente unos lemas de una nueva Nicaragua. No hace falta ser marxista para darse cuenta de que el gobierno provisorio de reconstrucción nacional es todo menos que un equipo gobernante estable dedicado a algún programa definido. Como informó Alan Riding en el New York Times del 22 de julio (de 1979. Anastasio Somoza Debayle fue derrocado la semana pasada porque llegó a unir a casi todos los sectores de Nicaragua en contra de él. En el calor de la guerra, incluso causó la formación de un gobierno provisorio de reconstrucción nacional compuesto de aliados de lo más improbables. Pero será capaz de funcionar en el poder esta mezcla de clases e ideologias como funcionaba en la oposición. En realidad, cuanto más la oposición se acercaba al poder, más frágil parecia la coalición. Siempre era fácil redactar denuncias conjuntas de la dictadura, pero era menos sencillo para los hombres de negocios, conservadores, intelectuales socialdemócratas y guerrilleros marxistas concordar en lo que debiera reemplazarla.
Parece que los guerrilleros sandinistas han entregado a los representantes burgueses la mayor parte del poder gubernamental. De la docena (más o menos) de ministros solamente dos son de la dirección sandinista; los demás son grandes capitalistas, curas y tecnócratas. Pero el verdadero poder no se ubica en estos ministerios. Castro tampoco fue ministro en el primer gobierno postbatistiano; él fue simplemente comandante del Ejército Rebelde. Si los dirigentes sandinistas han sido generosos en la distribución de carteras ministeriales a sus aliados burgueses, no han permitido que ellos tomasen el mando de los fusiles.
Se podría imaginar que molestaría a Fidel Castro que los sandinistas, a quienes ofreció amistad cuando eran débiles, ahora rechazan a Cuba como modelo revolucionario. Pero Workers Vanguard El diplomático sandinista Jaime Wheelock en Nueva York. Portavoces espartaquistas preguntaron ¿Por qué hay revolucionarios en vuestras cárceles?
no, el líder máximo estalinista se ha juntado al coro proclamando que los sandinistas representan un sistema social propio de Nicaragua:. a los temores expresados por alguna gente. que Nicaragua se va a convertir en una nueva Cuba. Los nicaragüenses le han dado una magnífica respuesta, no.
Nicaragua se va a convertir en una nueva Nicaragua, que es una cosa muy distinta. discurso del 26 de julio, reproducido en Perspectiva Mundial, de septiembre de 1979 Puede que un sector decisivo de los cuadros sandinistas junto con sus aliados burgueses actuales reconstituirán un estado burgués bajo el dominio del imperialismo yanqui.
Pero ésa no es la única posibilidad. Un ascenso de lucha social combativa desde abajo (p. ej. ocupaciones de tierra por los campesinos, venganza popular contra los guardias somocistas. sobre todo si provoca una reacción de hostilidad por parte de los EE. UU. puede presionar a un sector de los sandinistas pequeñoburgueses radicales hacia la izquierda, conduciendo a una revolución social burocráticamente deformada. Pero por otra parte, tal ascenso, especialmente con la ausencia de una dirección revolucionaria consciente, bien podría terminar en una contrarrevolución sangrienta de la burguesía criolla en alianza con los imperialistas norteamericanos.
Hay otro camino, por el cual se encuentra la verdadera perspectiva de la victoria de una revolución nicaragüense: la llegada de la clase obrera como fuerza independiente y consciente luchando por el poder. La creación de órganos independientes de poder obrero (p. ej. milicias obreras, comités de fábrica, soviets) pondría reciprocamente las bases para el desarrollo rápido de un partido proletario revolucionario (leninista. El desarrollo de las fuerzas proletarias revolucionarias amenazaría a los apetitos