36 Lecturas de clase del Grupo Internacionalista como miembros de su internacional socialdemócrata. El perspicaz periodista Alan Riding, del New York Times, hace poco escribía una buena frase al respecto. Resulta que hay un grupito en El Salvador llamado el Movimiento Nacional Revoiucionario, el MNR, que es un puñado de liberales encabezado por Guillermo Ungo, uno de los vicepresidentes de la Internacional Socialista. De esta forma, ellos están relacionados con el Partido Socialdemócrata de Alemania, el cual les manda deutschemarks y actúa en cierta medida como representante del gran capital alemán. Riding. hacia notar que probablemente la totalidad de los socialdemócratas de El Salvador cabrían en un Volkswagen. Lo que están tratando de hacer es conseguir que Helmut Schmidt y Willy Brandt les saquen las castañas del fuego; por su parte, ellos prometen ser buenos muchachos, pagar todas las deudas a los imperialistas, etc. Pero. qué creen Uds. que Schmidt y Brandt van a hacer cuando los cañoneros de Reagan aparezcan en el horizonte? No mucho.
Así pues, la cuestión del frentepopulismo está presente en todos los aspectos de la situación en El Salvador, incluyendo la reciente ofensiva fracasada. Anunciada como la ofensiva final. la revista Time citaba a un dirigente guerrillero diciendo que era la ofensiva final, final. Finalmente! Bueno, parece broma y en parte es por razones de táctica militar, pero detrás de todas las ofensivas y retiradas intermitentes en El Salvador, hay un programa político. Bien, parece que y es difícil saber con seguridad debido a la autocensura en la prensa imperialista hubo escasa acogida al llamado a la insurrección. Ciertamente fue el caso de la huelga general. Ana Guadalupe Martinez, una dirigente de los insurgentes de izquierda, cuya coalicion se llama el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, o FMLN, dijo que Las masas no creyeron tener el apoyo necesario para llevar a cabo la huelga en forma masiva, y en cuanto a las organizaciones politico militares, esta fue demasiado débil como para poder transformarse en una insurrección. En ese momento el llamado a la huelga fue un error político.
Pero no es la primera vez que ha acontecido un error de esta índole. La huelga general de agosto pasado también fue un fracaso, y por motivos parecidos. En aquel entonces trataban de negociar con varias fuerzas burguesas para ampliar su frente popular, pero el día previo a la huelga los dueños de autobuses se retiraron. Poco después de la huelga uno de los grupos más moderados. las FARN, abandonó la dirección mihtar de esta multifacética coalición de izquierda, la DRU, con esperanzas de negociar un acuerdo con el coronel Majano. El arreglo no prosperó porque faltan sectores significativos de la burguesía salvadoreña que estén dispuestos a formar parte de una coalición de izquierda. Pero lo fundamental es que ese esfuerzo constante por obtener un tal arreglo ha impedido movilizar a las masas con rumbo a una auténtica insurrección revolucionaria. Durante la reciente ofensiva final general, por ejemplo, nunca se propusieron llevar a cabo un levantamiento en todo el territorio nacional. La acción en las ciudades siempre fue considerada como elemento auxiliar, y no porque sean una especie de guerrilleros maoístas tipo guerra popular prolongada.
Lo que buscaban era ganar un pedazo de territorio donde establecer al FDR como un gobierno alternativo.
Entonces los Helmut Schmidt y López Portillo podrían reconocerlo y quizás con suerte llegaría a la ONU o la OEA. En otras palabras, la acción militar fue concebida fundamentalmente como una maniobra de presión sobre la burguesía internacional. Dadas las circunstancias del gobierno Reagan, sin embargo, una tal estrategia está condenada al Tracaso. en cualquier caso, aun si tomaran el poder, sólo significaría que finalmente a los obreros y campesinos se les robaría su triunfo, por el cual han derramado tanta sangre. otra vez todo terminaría en las manos de la clase dominante. Así pues, mientras el grueso de ta izquierda trata de esconder las divisiones de clases, los trotskistas sostenemos que es menester movilizar a la clase obrera, apoyada por los campesinos, para derrocar a esta minúscula burguesía que cuenta, sin embargo, con el respaldo del imperialismo. en el nuevo contexto de Guerra Fría, las tareas que el diminuto El Salvador presenta se definen a escala global.
Montes Guerrilleros de izquierda salvadoreños.