BourgeoisieFrente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)LeninismNational LiberationSandinismSocialismStalinismTrotskyismWorking Class

7 Lecturas de clase del Grupo Internacionalista bonapartistas pequeñoburgueses de todas las alas de la dirección sandinista; un sector de este movimiento pequeñoburgués muy probablemente pasaría a los obreros ya su vanguardia, mientras otros elementos se retirarían al campo de la reacción burguesa.
La actual unidad de la revolución antisomocista será destrozada, de alguna manera u otra, por el conflicto de clases. En sí la derrota de Somoza plantea la redistribución radical de la propiedad capitalista en Nicaragua. Este multimillonario sanguinario fue propietario de más de un 30 por ciento de toda la tierra cultivable del país, además de un ganado vacuno enorme. Tenía la participación predominante en la compañía aérea nacional, poseía la compañía naviera más grande del país, el matadero más grande, varias empresas constructoras y mucho más.
Ahora el nuevo régimen ha tomado posesión de todo.
IObreros al poder. Por un partido trotskista!
Qué hacer con esta propiedad inmensa será un campo de conflicto mayor entre las distintas clases sociales que actualmente apoyan a la junta sandinista burguesa. Los campesinos esperan y van a exigir que las haciendas de Somoza sirvan de base para una revolución agraria radical e igualitaria. Los políticos burgueses de Managua intentarán transferir la antigua riqueza de Somoza a sus propios bolsillos y a los de sus amigos. El ministro de reforma agraria, el sandinista Jaime Wheelock, propone convertir la mayoría de las tierras de Somoza en granjas cooperativas, una propuesta que debe desagradar a sus compañeros ministeriales burgueses, que tienen su propio hambre de tierra. Además, los terratenientes burgueses seguramente temen que las tomas de tierra muy bien pueden extenderse más allá de las fincas de Tacho hasta las suyas. Es posible que, como en la Cuba de 1959, el alcance y la naturaleza de la reforma agraria puedan motivar la primera explosión importante entre ministros burgueses como Alfonso Robelo. el rey del aceite de cocina de Nicaragua) y radicales pequeñoburgueses como Wheelock.
Ni pueden ni quieren las masas de Nicaragua vivir como antes vivían. Pero para llevar a cabo una revolución socialista, las masas radicalizadas han de ser políticamente dirigidas y organizadas por un partido revolucionario de vanguardia, basándose fundamentalmente en el proletariado y con una perspectiva internacional. Con la ausencia de tal partido leninista (trotskista. Nicaragua podrá como máximo llegar a ser una nueva Cuba, es decir, a una revolución social deformada que impone a la clase obrera una burocracia estrechamente nacionalista, parásita y opresiva. El socialismo en una sola república bananera no puede ser sino un obstáculo al desarrollo de la revolución socialista en América Latina.
Pero el Secretariado Unificado (SU) seudotrotskista no reconoce la necesidad de una vanguardia leninistaporque toda su perspectiva es de presionar a los sandinistas pequeñoburgueses para que hagan una nueva Cuba. La declaración del SU del 20 de junio, Solidaridad con la lucha del pueblo nicaragüense (Intercontinental Press, de julio de 1979. no llega a mencionar la necesidad de un partido proletario revolucionario. En lugar de eso, estos revisionistas declaran que el Frente Sandinista de Liberación Nacional es la vanguardia. del pueblo de Nicaragua. Pero la fracción tercerista dominante tiene un programa puramente democrático burgués, mientras las otras dos fracciones sostienen la revolución en dos etapas de corte estalinista. Estando ahora en el poder, los sandinistas no sólo han afirmado su intención de dirigir una Nicaragua capitalista, sino también han tomado medidas para efectuarlo.
En Nicaragua la tarea inmediata a la que se enfrenta un partido revolucionario es de oponerse a los esfuerzos de la junta sandinista burguesa dirigidos a restaurar un estado capitalista. Los dirigentes sandinistas ya han manifestado su aspiración bonapartista de asegurar un monopolio del poder militar. Una de las primeras medidas de la junta revolucionaria fue de mandar que todos los civiles entregaran los fusiles, muchos de ellos adquiridos cuando los guardias abandonaron en masa sus armas. Dado el caos revolucionario, es poco probable que este decreto se haya cumplido. Una reivindicación urgente que un partido revolucionario en Nicaragua debe enarbolar es que las masas trabajadoras guarden sus armas, y que se establezmilicias obreras independientes del régimen sandinista burgués.
Un partido revolucionario emprendería la agitación a favor, de tribunales populares para enjuiciar a los criminales de la Guardia Nacional escondidos en las iglesias y los campamentos de la Cruz Roja. Exigiría una revolución agraria radical e igualitaria, la expropiación de la industria y el comercio y la reconstrucción de la economía sobre una base socialista. Las expropiaciones no deben ser limitadas solamente a la propiedad de Somoza.
Más que todo, los trotskistas han de hacer propaganda por un gobierno excluyendo a la burguesía antisomocista y basado en los órganos democráticos de la clase obrera y sus aliados campesinos. Claramente tal lucha revolucionaria no puede limitarse únicamente a Nicaragua, sino debe afanarse por crear los Estados Unidos Socialistas de América Latina.
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