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Lecturas de clase del Grupo Internacionalista 131 Nicaragua: Paz fraudulenta amenaza a las masas y la revolución ¡Aplastar la contraCompletar la revolución!
Reproducimos a continuación un artículo publicado como separata de Spartacist en noviembre de 1987, cuando los Acuerdos de Esquipulas entraban en efecto.
El acuerdo de paz adoptado en agosto por los cinco presidentes centroamericanos reunidos en Esquipulas, Guatemala, es un intento por medio de la negociación de echar atrás a la revolución. Quieren conseguir en la mesa de negociaciones lo que los mercenarios de Reagan y el ejército salvadoreño financiado por los EE. UU. no han podido lograr en el campo de batalla. En recompensa por aceptar al régimen sandinista, el Plan Arias impone controles internacionales para garantizar la supervivencia de la burguesía nicaragüense. Apuntala la democracia duartista de los escuadrones de la muerte en El Salvador al prohibir la ayuda a los insurgentes izquierdistas salvadoreños. Al firmarlo, el presidente Daniel Ortega apuñala a la revolución centroamericana. Pero el padrino de los contras, Ronald Reagan, ha jurado acabar con los sandinistas y está haciendo todo lo posible para entorpecer el arreglo, pidiendo 270 millones de dólares para su ejército terrorista.
En última instancia la suerte de la revolución será decidida por los fusiles, no por un pedazo de papel.
Los dirigentes regionales se están apresurando para implementar el pacto antes de que Reagan pueda hundirlo con sus adicionales demandas de que se rindan los sandinistas. En particular, el asediado gobierno nicaragüense multiplica sus gestos de buena voluntad hacia la oposición burguesa. El arzobispo Obando y Bravo fue nombrado presidente de la Comisión Nacional de Reconciliación para verificar la implementación de los acuerdos. El cardenal contra pronto partió en avión a Miami para reunirse con el papa polaco de la contrarrevolución y participar en un cónclave de exiliados cubanos y nicaragüenses. Fueron autorizados a retornar los obispos Bismark Carballo y Pablo Vega, expulsados del país por presionar en Washington a favor de la ayuda a los contras. Algunos políticos derechistas fueron excarcelados. Hasta permitieron que la criminal de guerra imperialista Jeane Kirkpatrick montara una manifestación provocadora auspiciada por la embajada norteamericana.
Si la Kirkpatrick apoya un plan de paz. uno sabe que hay gato encerrado. Los acuerdos de Esquipulas exigen garantías gubernamentales para la oposición burguesa, amnistía para prisioneros políticos y elecciones vigiladas por el ministerio yanqui de colonias, la OEA. da rienda suelta a los EE. UU. para subvertir la Revolución NicaCAFOTO Ejército sandinista barre la escoria terrorista de la contra respaldada por Reagan y los Demócratas.
ragüense desde dentro. Clave en esta operación es la reapertura de la voz de la contra interna, La Prensa, fuertemente subvencionada por la CIA (más de 100. 000 dólares a través de la National Endowment for Democracy Fundación Nacional para la Democracia. Habrán celebraciones religiosas contrarrevolucionarias oficiadas por Obando y Bravo (quien recibió más de 125. 000 dólares de Oliver North. Circularán libremente los dirigentes de la contra a sueldo de la CIA Arturo Cruz (75. 000 dólares por vía de Arabia Saudita)y Adolfo Calero (100. 000 dólares del IBC, fondo para sobornos de North y sus compinches. el cardenal exige que suelten a más de 000 guardias nacionales encarcelados por sus crímenes contra el pueblo nicaragüense bajo el tirano Somoza.
Los acuerdos de Guatemala son la respuesta de los Demócratas al fracaso de los intentos de Reagan por aplastar la Revolución Nicaragüense con las armas de los