Lecturas de clase del Grupo Internacionalista 121 sistemáticamente despoblando las zonas de control del FMLN, utilizando medidas de tierra arrasada y bombardeos de saturación que recuerdan la guerra de Vietnam. En vez de aumentar el control gubernamental sobre las masas, esta estrategia contrainsurgente ha llevado la guerra del campo a la ciudad. Ya miles de refugiados sin techo se unen a trabajadores urbanos puestos entre la espada y la pared por la política de austeridad brutal de Duarte. Las próximas batallas de esta sangrienta guerra de clases bien pueden librarse en el centro de San Salvador.
Siguiendo el ejemplo de Reagan, quien busca financiar su campaña de guerra antisoviética con recortes de los programas de bienestar social, Duarte trata de pagar los costos de la guerra apretando los cinturones de los trabajadores salvadoreños. El efecto político de esta Reaganomics con metralla ha sido eliminar los últimos vestigios de la base social del Partido Demócrata Cristiano.
La Unión Popular Democrática (UPD. un grupo laboral campesino fundado por el Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre(IADSL) en 1980, fue en gran medida responsable por el triunfo electoral de Duarte en 1984. Más tarde, cuando la UDP se enfureció por la política económica duartista, su negativa a continuar la reforma agraria y a entablar discusiones con los rebeldes, el IADSL conocido frente laboral de la CIA respondió con burdas maniobras como el recorte de fondos y el retiro de sus jeeps. La UPD se escisionó; la mayoría se unió a sindicatos oposicionales, formando la Unidad Nacional de los Trabajadores Salvadoreños (UNTS. Representando a unos 500. 000 afiliados, la UNTS ha llamado por la expulsión del IADSL de El Salvador.
Bajo las actuales condiciones del estado de sitio imperantes en El Salvador, prácticamente toda huelga es ilegal y los manifestantes marchan bajo el ojo de la muerte. Sólo la pronta acción sindical logró la liberación de Roberto Antonio Prieto (dirigente del sindicato de trabajadores de acueductos, SETA) y Febe Elizabeth Velásquez (de la ejecutiva de la federación sindical FENASTRAS) de arrestos arbitrarios. si no bastan tales medidas represivas, los militares y sus escuadrones de la muerte recurren al asesinato (caso del dirigente postal Arístides Méndez en mayo pasado. Entretanto, la política gubernamental ha destrozado la economía del país. Una lucha proletaria por un gobierno obrero y campesino encontraría hoy tremenda simpatía no solamente entre los pobres y desempleados de los tugurios de San Salvador, sino también en amplios sectores de una clase media en apuros económicos y agobiada por la guerra; y podría causar la ruptura de los soldados rasos con los criminales y corruptos oficiales del ejército mercenario. Tal lucha clasista requiere ante todo la dirección de un partido leninista trotskista.
Militarmente, el ejército y la guerrilla han llegado a un punto muerto. No obstante, a pesar de la tremenda ventaja de las fuerzas gubernamentales en el aire, el FMLN ha respondido al incremento de ayuda militar del Pentágono con una serie de acciones dramáticas en el último año.
Entre ellas el ataque a los marines estadounidenses en la Zona Rosa de San Salvador (junio de 1985. legitimos blancos en esta guerra civil donde los guerrilleros se enfrentan a un enemigo armado y pagado por los EE. UU. el audaz secuestro de la hija del presidente Duarte (septiembre del 85. que resultó en la liberación de 22 prisioneros políticos de izquierda y de 96 guerrilleros heridos; y los ataques en masa contra bases y cuarteles del ejército en La Unión (octubre de 1985) y San Miguel (junio del 86. causando centenares de bajas gubernamentales. La tendencia espartaquista internacional (TEI) saluda estas hazañas militares de la guerrilla, y llama ¡por el triunfo militar de los insurgentes de izquierda!
Reflejando el punto muerto en el campo de batalla y la presión de protestas obreras en la capital, el presidente Duarte propuso recientemente reiniciar un diálogo con los rebeldes. En múltiples movilizaciones, decenas de miles de trabajadores han levantado la demanda por el diálogo. a pesar de la experiencia de La Palma y Ayagüalo, donde Duarte se cubrió con la manta de paz mientras exigia que los insurgentes se rindieran, el FDR FMLN aceptó la oferta. No podía hacer otra cosa, dados sus constantes llamados por una salida negociada a la guerra civil y sus elogios a Contadora. Sin embargo, esta propuesta por parte de los regímenes burgueses regionales busca contener la conflagración revolucionaria con arreglos en vez de balas. Como hemos advertido repetidamente, se está manejando el diálogo como una táctica en la estrategia yanqui de pacificación.
Lamentablemente, con su programa de colaboración de clases, la guerrilla se presta a estas maniobras peligrosas.
En diciembre pasado el FDR FMLN propuso una salida política que explícitamente no incluye la destitución del carnicero Duarte. Propone un gobierno de transición abarcando tanto los insurgentes como el régimen actual, además de la integración de los ejércitos gubernamental y UPI Guerrilleros izquierdistas salvadoreños en lucha contra el ejército titere de los Estados Unidos.
guerrillero. Pero el ejército constituye la columna vertebral de la clase dominante salvadoreña. La oficialidad defenderá hasta la muerte la explotación capitalista, y es endémica la presencia de elementos fascistoides en su seno. Podemos afirmar con toda seguridad que un monstruo bicéfalo tal como el que propone el FDR FMLN nunca llegará a existir, y todo combatiente izquierdista que desea formar