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AGOSTO DE 1998 SINC IMFALE 신탁통지 STANG?
SAKYAT AYAR Reuters AP Protestas en Corea del Sur (izquierda) e Indonesia contra la austeridad del FMI impuesta por los imperialistas.
La rápida industrialización en Asia y en otros lugares ha creado un proletariado joven y combativo. El programa de la revolución permanente es el camino hacia la emancipación nacional y social de los países coloniales y semicoloniales.
búsqueda de posiciones ventajosas temporales, arrojando por la ventana cualquier pretensión de principios marxistas (ver: Revolutionary Regroupment or Centrist Alchemy. Reagrupamiento revolucionario o alquimia centrista. en Spartacisi Edición en inglés) No. 53, verano de 1997. Buscamos polemizar con otras corrientes en el movimiento obrero precisamente porque creemos que es a través del choque abierto de opiniones y el debate político que se clarifican las diferencias políticas y se eleva la conciencia por sobre el mínimo común denominador empujado por los centristas y los reformistas.
Es precisamente mediante tal lucha política aguda que construiremos a la LCI a través del reagrupamiento revolucionario genuino con corrientes en movimiento hacia la izquierda. es también a través de escisiones bien preparadas y la ruptura de la falsa unidad que se eliminan los obstáculos y se aclara el camino para la construcción del partido revolucionario. Así, por ejemplo, la tarea de construir partidos trotskistas auténticos en América Latina fue extendida cuando, después de un período de prueba suficiente, la LCI rompió relaciones fraternales con un grupo brasileño cuyo arraigado oportunismo sindical los llevó a la traición de clase. y al Internationalist Group (ver: Ruptura de relaciones fraternales con Luta Metalúrgica. Suplemento de Espartaco, julio de 1996. Continuaremos buscando enérgicamente oportunidades para la extensión geográfica mediante la puesta a prueba en la lucha de todo acuerdo programático aparente entre la LCI y formaciones en movimiento a la izquierda. Un partido debe ser juzgado no sólo por sus palabras, sino por sus hechos; la verdad es a menudo difícil de distinguir a distancia.
La tarea que enfrentan las secciones de la LCI de convertirse en grupos combativos de propaganda con raíces más profundas, requiere la habilidad de generar polémicas y propaganda efectivas que intersequen las luchas actuales. Tales polémicas deberían reflejar nuestra propia participación en esas luchas, y nuestros volantes y artículos deben dirigirse a la vanguardia de los militantes cuya conciencia cambiará a través de tales luchas. La conciencia varía también de una generación a otra y de un país a otro. Los documentos programáticos clave de nuestra tendencia, tales como el documento de la SL sobre la lucha por la liberación de los negros, Black and Red Negro y rojo (ver: Spartacist Edición en inglés) No. 10, mayo junio de 1967. no fueron el resultado de que alguien se sentó en una oficina a escribir, sino que reflejaron la participación de nuestros camaradas en plantones y manifestaciones, discutiendo la política revolucionaria con otros militantes en luchas vivas. La intervención activa con nuestro programa generará la propaganda que necesitamos para ganar a la vanguardia de intelectuales, obreros y oprimidos a nuestras filas.
La proletarización y la revolución permanente Un tema central de la III Conferencia Internacional fue la necesidad de que las secciones de la LCI echaran raíces en los lugares donde están y adquirieran una base de apoyo en sectores clave del proletariado a través de la construcción de fracciones comunistas en la industria; igualmente, la LCI debe buscar la realización de extensiones calculadas a nivel internacional donde haya vitalidad y accesibilidad proletarias.
Notablemente, cuando la SL adquirió fuerzas suficientes a principios de los años 70, deliberada y exitosamente construimos puntos de apoyo proletarios aquí y allá, en industrias clave como la acerera y la automotriz. Nuestras concentraciones industriales desaparecieron en su mayoría como resultado de las dislocaciones del mercado global capitalista: las masas son desempleadas a través de los despidos y los cierres de plantas, conforme el capital de inversión cambia a mercados de mano de obra más barata que ofrecen una tasa de explotación más elevada. Hoy, los campos tabacaleros en los estados del Viejo Sur (de los EE. UU. donde los sindicatos no están bien establecidos están llenos de plantas automotrices, que no son fácilmente accesibles para una pequeña organización comunista basada en los centros urbanos. En otros lugares, la inversión capitalista intensiva en