27 AGOSTO DE 1998 Sobre los orígenes y el desarrollo de las prácticas organizativas leninistas Publicamos con mucho gusto en este número de Spartacist una transcripción corregida del informe sobre el proyecto de los Estatutos y Guías Organizativas de la LCI que fue presentado a la III Conferencia Internacional. La camarada Elizabeth Kendall presentó el informe en nombre de la comisión nombrada por el Secretariado Internacional para elaborar un proyecto de estatutos para nuestro partido internacional; la discusión, las enmiendas y la adopción de los Estatutos y Guías Organizativas fue una de las tareas centrales de la conferencia.
Los comentarios de la camarada Kendall, los cuales reseñan las concepciones y prácticas que han guiado a los comunistas organizados desde el principio de la organización comunista, proveyeron los antecedentes históricos necesarios para la consideración del proyecto de Estatutos por parte de los delegados a la conferencia. El informe también trató puntos particulares del proyecto sobre los cuales habían dudas o disputas; esos comentarios no están incluidos aquí. La versión final de los Estatutos, tal como fue adoptado por la conferencia, aparece en las páginas 35 45 de este número.
Es apropiado que presentemos el proyecto de Estatutos después de la discusión sobre la Declaración de principios y algunos elementos de programa. La estructura organizativa del partido no se puede separar de sus propósitos.
En The Struggle for a Proletarian Party (La lucha por un partido proletario. James Cannon observa. Las cuestiones organizativas y los métodos organizativos no son independientes de las líneas políticas, sino subordinados a ellas. Como regla, los métodos organizativos emanan de la línea política. De hecho, todo el significado de la organización cs realizar un programa político. En último análisis, no hay excepciones a esta regla. No es la organización el partido o el grupo la que crea el programa; más bien es el programa el que crea a la organización, o conquista y utiliza a una existente.
Unas reglas organizativas vivas son uno de quizás media docena de elementos que caracterizan a una organización, en ese sentido, son políticas. Pero no son determinantes. Un conjunto de reglas organizativas sólidas no son una protección contra las desviaciones políticas, aunque las desviaciones de nuestras normas organizativas son generalmente una señal de problemas políticos. En la ausencia de prácticas bolcheviques, una organización es necesariamente amorfa, es decir, menchevique.
Un buen ejemplo es nuestra experiencia con los healistas.
La Spartacist League y su predecesora, la Revolutionary Tendency (Tendencia Revolucionaria) en el Socialist Workers Party (SWP, Partido Socialista de los Trabajadores. se orientó a principios de los años 60 hacia el Comité Internacional de la Cuarta Internacional de Gerry Healy debido a su lucha contra la liquidación pablista de la lucha por partidos trotskistas como instrumentos indispensables para conquista proletaria del poder. pesar de los abusos burocráticos de Healy, nos seguimos solidarizando con su Comité Internacional (CI. notando la contradicción entre su programa formalmente correcto y su régimen interno corrupto.
Pero poco después de la Conferencia de Londres en 1966, conforme el CI rompió programáticamente con el leninismo al abrazar la Revolución Cultural de Mao y al propugnar por el nacionalismo árabe, nosotros entendimos que sus prácticas organizativas eran una indicación de sus desviaciones políticas. Nuestra experiencia con Healy demuestra que no se puede juzgar a una organización simplemente a base de lo que dicen en papel, sino que hay que ver su práctica política real.
Los estatutos tampoco son principios inmutables grabados en piedra para la eternidad. Jack Barnes, quien ayudó a dirigir al SWP estadounidense en su descenso de una organización centrista a una reformista, una vez presentó los estatutos del SWP a su grupo juvenil como muy sencillamente, reglas para seguir. Estaba muy equivocado; los estatutos en una organización revolucionaria son guías para llevar a cabo el trabajo de marxistas revolucionarios. Necesariamente serán desarrolladas a medida que buscamos la mejor forma de realizar nuestro propósito bajo circunstancias que varían constantemente.
Nuestra internacional, como nuestras secciones nacionales, es centralista democrática. El camarada Robertson relató una ocasión en la que Ashley Harer, un miembro del Comité Nacional del SWP, le dijo a un grupo de ex militantes del Partido Comunista (PC) que el centralismo democrático era la forma natural. Esto no es verdad. Como escribió Cannon en 1953. El centralismo democrático no tiene ninguna virtud especial en sí. Es el principio específico de un partido de combate, unido por un solo programa, que busca liderar una revolución. los socialdemócratas no les hace ninguna falta tal sistema de organización por la simple razón de que no tienen ninguna intención de organizar una revolución. Su democracia y centralismo no están unidos por un guión sino que se mantienen en compartimientos separados para propósitos separados. La democracia es para los socialpatriotas y el centralismo para los revolucionarios. Principios organizativos leninistas. Speeches to the Party (Discursos al partido (1973)
El centralismo democrático, definido sencillamente, es la práctica mediante la cual la militancia discute y debate las cuestiones que el partido enfrenta y llega a una decisión; una vez que se ha tomado esa decisión, el partido presenta su posición e interviene como una fuerza disciplinada y única.
Como ejemplo negativo, tenemos a la Fracción Revolución Permanente (FRP) en la Ligue Trotskyste de France (LTF. La FRP planteó sus diferencias con la mayoría del partido sobre el programa y luchó por sus posiciones. Tal división fraccional es a la vez necesaria y permitida entre los militantes. Pero la FRP estaba vinculada con el Internationalist Group (IG, Grupo Internacionalista) de Norden, una organización oponente hostil; es probable que el IG dirigía a la FRP desde el principio, pero en cualquier caso llevó sus disputas fuera del partido. Uno puede luchar dentro de la