MARZO DE 1992 países.
urgente de poner alto a las fuerzas de la restauración capitalista hubiera estado ciertamente en contra de Yeltsin, pero hubiera criticado al golpe que se rehusó a parar a Yeltsin, y consecuentemente estaba destinado a fallar.
La ineptitud de los golpistas asombró hasta a los comentaristas imperialistas. Se informó que habían ordenado 250. 000 pares de esposas de una fábrica en Pskov, así como montones de órdenes de arresto en blanco, pero ni siquiera arrestaron a quien obviamente se convertiría en el eje de un contragolpe proimperialista. Voceros de Washington atribuyeron a un milagro el hecho de que los autores del golpe no arrestaran a Yeltsin, violando así la regla número uno de los golpes de estado. Ni siquiera ie cortaron sus líneas telefónicas, y aunque parczca inverosímil, ipermitieron que la televisión transmitiera los llamados de Yeltsin a los soldados a desobedecer las órdenes del Comité de Emergencia. Pero estas aparentes estupideces no fueron simplemente un descuido. Los golpistas apostaron todo a una acogida neutral del golpe por parte de los imperialistas, aludiendo a la posibilidad de restituir a Gorbachov a su puesto y no tocar a Yeltsin, el favorito de Washington. La declaración del GKCHP prometía apoyar a la empresa privada y respetar todos los compromisos traidores de Gorbachov con los imperialistas. Tizyakov, su principal portavoz sobre cuestiones económicas, insistía que la política de las reformas hacia una economía de mercado no se revertirá. No hubo mención del marxismo leninismo. comunismo. o ni siquiera el socialismo.
Porque éste fue un golpe pro perestroika. Durante meses habían habido llamados pidiendo un régimen de mano dura provenientes de patriotas estalinistas nacionalistas de línea dura como los coroneles negros de Soyuz. Pero lo que puso en acción a los goipistas, todos ellos designados en sus puestos por Gorbachov, fue la inminente firma de un nuevo tratado de la unión, que habría cedido una parte importante de los poderes centrales a las repúblicas. El golpe no le dio tanto el ejército, que en gran parte no participó, sino altos funcionarios administrativos y jerarcas del partido en el aparato central cuyos feudos burocráticos estaban amenazados. Su programa declarado era la ley marcial para impedir que la URSS se desintegrara, es decir la perestroika sin glasnost: la introducción no muy acelerada del mercado y que todo el mundo se calle la boca. Así, uno de los miembros de la banda de los ocho. el Primer Ministro Pavlov, fue el priaci vocero del régimen de Gorbachov para la nueva ley que permitía la privatización a gran escala de la inuusui. se hizo notorio por triplicar los precios de los alimentos durante la primavera pasada. En esa ocasión le dijo a un periodista británico. Debo mantenerme muy firme y decir que la privatización ha estado siempre en los planes de la reforma económica, y estuvo siempre, por razones obvias, muy estrechamenle ligada a la liberalización de los precios. Queremos establecer la situación normal del capital como en otros Independent (Londres. 18 de abril de 1991 ¡No precisamente un programa para inspirar a los obreros soviéticos a dar apoyo a la intemiona de los golpistas! Los jefes del golpe evitaron visiblemente cualquier mención de la Revolución de Octubre, o tan siquiera de la Gran Guerra Patria. En lugar de ello, se inspiraron en las tradiciones del imperio zarista al que Lenin llamó una cárcel de pueblos. declarando: Nuestro pueblo multinacional ha vivido por siglos orgulloso de su Patria. Pero en materia de nacionalismo ruso, Yeltsin los aventajaba.
Los organizadores del golpe tampoco lograron calmar a Washington y a Wall Street. Tan pronto como Bush adoptó una línea dura de apoyo a Yeltsin (e incidentalmente exigiendo el regreso de Gorbachov. el golpe empezó a desbaratarse. En la secuela, ha habido mucho cacareo sobre la efusión de apoyo popular por la democracia. Aunque hasta 150. 000 personas (de una ciudad de diez millones. sin duda muchos de ellos obreros, asistieron en cierto momento a escuchar a Yeltsin, las famosas barricadas fuera de la Casa Blanca fueron puramente simbolicas, por lo general con apenas unos miles de individuos paseando airededor. Eran principalniente jóvenes, como yo, estudiantes, intelectuales, profesionales. dijo un participante. Aparte de unas dos docenas de policías de ia Republica Rusa, los Spartacist 384 Tanque soviético ante el Kremlin durante el abyecto golpe frustrado. No se tomó ninguna 0799700 medida de fuerza contra los contrarrevolucionarios yeltsinistas.
SINA