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12 SPARTACIST No obstante la actual dominación de Yeltsin y el ánimo de histeria anticomunista entre la pequeña burguesía, no resultará fácil llevar a cabo una contrarrevolución capitalista en la Unión Soviética. De hecho, se podría esperar un nivel más elevado de acciones huelguísticas de las que se realizaron durante la perestroika de Gorbachov. En este período la clase obrera soviética ha estado políticamente desorientada y confundida por la siempre cambiante alineación de Yeltsin vs. Gorbachov vs. los estalinistas de línea dura.
Ahora las líneas de batalla están ciaramente definidas. Pero la ausencia de un liderazgo auténticamente comunista representa el mayor obstáculo, dejando a la clase obrera presa de la confusión, las falsas polarizaciones y el derrotismo ante sus enemigos de clase.
Tanto los yeltsinistas como los duros compiten sobre el terreno del nacionalismo ruso contrarrevolucionario.
Comenzando con el mismo Stalin, el brutal chauvinismo granrruso ha caracterizado a la burocracia, socavando a la multinacional URSS. El ascenso de los antisemitas de Pamyat recibió la protección de sectores de la burocracia de Gorbachov, particularmente del ala de Yeltsin. Mientras tanto, los secesionistas nacionalistas en su mayoría de las repúblicas más ricas anhelan hoy convertirse en peones del imperialismo, como muchos de sus antepasados lo fueron de los Nazis. En la última batalla de su vida, Lenin insistía, en contra de Stalin, que el estado revolucionario soviético debía ser una unión voluntaria basada en la igualdad de las naciones.
Es urgentemente, imperiosamente, necesario que la clase obrera establezca ahora formas organizativas para movilizar su poderío para resistir y derrocar a las fuerzas de la contrarrevolución capitalista. Conforme todo tipo de acaparadores y arribistas ambiciusos pululan agitados por arrebatar su tajada. los obreros estarán preocupados por proteger su propio sustento que ven amenazado. Deben formarse comités obreros independientes en las fábricas, las minas, los ferrocarriles y otras empresas para impedir los despidos y las privatizaciones tomando las fábricas y controlando la producción.
Dichos comités obreros pueden servir de base para soviets auténticos, atrayendo a sus filas a granjeros colectivos, minorías oprimidas, mujeres trabajadoras, soldados y oficiales del Ejército Rojo, ancianos pensionados todos aquellos que serían hechos víctimas por el nuevo orden. Yeltsin y Cía. ya han empezado a purgar el cuerpo de oficiales del ejército. Esto no tiene nada que ver con la democracia. Desea convertir al ejército soviético que defendió a los pueblos de ia URSS contra el azote del nazismo en un instrumento dócil para la represión interna en interés de los nuevos amos capitalistas. Es necesario formar comités de soldados y oficiales para oponerse a las purgas y evitar que el ejército sea utilizado para atacar los intereses de los obreros. Las turbas anticomunistas son las tropas de choque de un movimiento fascista en formación, los futuros rompehuelgas, carceleros y verdugos de obreros combativos de militantes izquierdistas. Ya la NTS, antiguos colaboradores de los invasores nazis en la Segunda Guerra Mundial, ha asomado la cabeza en las movilizaciones yeltsinistas. Los camisas negras fascistas de Pamyat queman banderas rojas.
Pronto estarán llevando a cabo mortales pogromos antijudíos. Deben formarse milicias obreras, auxiliadas por oficiales y soldados del Ejército Rojo leales al socialismo, para la defensa contra las turbas de linchadores y pogromistas y su aplastamiento. La ilegalización del Partido Comunista será utilizada como un precedente para prohibir a todos los grupos que digan estar a favor del socialismo o el comunismo. La purga anticomunista se usará para victimar a los obreros combativos que dirijan hucigas contra los despidos y las privatizaciones. Abajo la proscripción y caza de brujas contra el PC. No permitan que arresten a sus compañeros de trabajo judíos o comunistas. La escalada de movimientos nacionalistas en las varias repúblicas que buscan la secesión está azuzando la matanza fratricida entre los pueblos soviéticos que están profundamente interpenetradus. Es urgentemente necesario organizar guardias de defensa multinacionales para impedir la carnicería comunalista. Como leninistas, es decir, internacionalistas proletarios, estamos por la plena igualdad de todas las naciones y nacionalidades dentro de una genuina federación socialista.
Las mujeres trabajadoras, que son quienes más han sufrido con la miseria económica de la perestroika, deben encontrarse en la primera fila no sólo de la batalla para impedir la clausura de las guarderías infantiles, sino también en la lucha por forjar un núcleo auténticamente comunista, En Polonia y en la antigua RDA (Alemania Oriental) las mujeres están siendo echadas de sus trabajos y se quiere criminalizar el aborto. Las obreras conscientes de la Unión Soviética quienes más tienen que perder en la contrarrevolución capitalista deben desempeñar un papel dirigente como lo hicieron sus abuelas y sus bisabuelas en la Revol lución Bolchevique.
La juventud, muchos de ellos despertando abruptamente a la vida política en estos días, debe abrirse camino hacia el programa del internacionalismo proletario. Regresar al atraso eslavófilo de Yeltsin y Cía. imposibilitaría el clima intelectual y artístico verdaderamente abierto que tantos jóvenes anhelan. No se equivoquen. la vida para la juventud en Occidente no se parece a un video musical! La realidad para los jóvenes de la clase obrera bajo el capitanadiaTL SECTBO TM Niedenthal Time Fascistas de Pamyat vomitan su basura antisemita.
La bancarrota del estalinismo azuza las fuerzas más reaccionarias que buscan destruir el estado obrero.