40 Documentos de la discusión en la LCI STARTACIST Esto no conlleva, sin embargo, que el ejército y la policía defenderán a estos gobiernos y sus programas frente a la oposición de las masas. La contrarrevolución que ahora tiene lugar en Europa Oriental todavía puede ser derrotada y revertida.
La privatización al por mayor de las empresas estatales y la campaña por crear una economía capitalista de mercado generará el desempleo masivo y la pauperización general de los trabajadores. Esto va a provocar un nivel de resistencia de la clase obrera. La CIA, en un documento presentado al congreso de EE. UU. la primavera pasada, alerta que: En tanto que la implementación agresiva de medidas de austeridad coincidan con la prolongada caída de los niveles de vida, habrá el riesgo de protestas públicas que podrían echar atrás las reformas y la recuperación económica. Europa del Este: Un largo camino al bienestar económico. mayo de 1990. Business Week (6 de agosto de 1990. perceptiva revista burguesa norteamericana, señalaba: El descontento obrero es el factor impredecible en la campaña por la privatización de Europa Oriental y puede retrasar o incluso descarrilar los planes gubernamentales.
Nuestra perspectiva debería ser el extender e intensificar ese descontento obrero con el objetivo de crear órganos proletarios de poder dual para derrocar a los gobiernos contrarrevolucionarios en Varsovia, Budapest y Praga.
Frente a la insurrección obrera es probable que el ejército y la policía sean pasivos o se dividan o fracturen.
Hay diferencias importantes en la situación actual y en el balance de fuerzas políticas entre los varios países de Europa dei Este. En los países que han experimentado décadas de dominio estalinista liberal Polonia y Hungríalos estalinistas están totalmente desacreditados y las fuerzas Teaccionarias son más fuertes. En los que tuvieron regimenes estalinistas de lirea dura Rumania y Bulgaria los estalinistas reformistas. que hoy se declaran conversos a la socialdemocracia, tienen un substancial apoyo popular y las fuerzas reaccionarias son relativamente más débiles.
Checoslovaquia es un caso intermedio.
Polonia En 1988 el régimen estalinista de Varsovia se vio enfrentado a una ola de huelgas obreras contra el programa más reciente de austeridad dictado por el FMI. En agosto el ministro del interior, el general Kiszczak, hizo un trato con Walesa. Este último usaría su influencia para calmar la ola de huelgas a cambio de la legalización de Solidarność. principios de 1989, los generales Jaruzelski y Kiszczak, con la aprobación de Gorbachov, impulsaron el acuerdo con Solidarność (las negociaciones de la Mesa Redonda) contra la oposición del ala civil de la burocracia estalinista de Varsovia.
Las negociaciones de la Mesa Redonda llevaron a las elecciones de junio de 1989 en las cuales Solidarność ganó una predecible victoria arrolladora. Los estalinistas luego abdicaron el poder gubernamental a Solidarność aunque Jaruzelski retuviera la presidencia como una figura semidecorativa. El antiguo partido estalinista gobernante simplemente se desintegró.
Uno sólo puede especular sobre por qué el ala militar de la burocracia estalinista polaca encabezó la capitulación a las fuerzas de la restauración capitalista. Probablemente los cuadros militares le dieron la máxima prioridad a preservar el orden social, y estaban menos interesados en el contenido político y económico de ese orden. Tal vez creían que, a diferencia de la burocracia civil, ellos mantendrían sus posiciones en la élite gobernante. Quizás también muchos oficiales polacos simpatizaban con las actitudes nacionalistas de Walesa y Cía. principios de 1989 la organización sindical oficial, la OPZZ, rompió sus lazos con el régimen, y su líder, Alfred Miodowicz un estalinista de viejo cuno denunció tanto a Solidarność como a Jaruzelski desde la izquierda, diciendo que defendía los interescs de los trabajadores. Especialmente desde que la revigorada Solidamuść shizo de su careta sindicalista. la OPZZ es holgadamente la organización más grande de la clase obrera polaca. Pero la OPZZ de Miodowicz no es un contendiente por el poder político, es simplemente una organización de defensa de tipo sindical. principios de este año, el gobierno de Solidarność impuso un tratamiento de shock económico que redujo los salarios reales en un 40 por ciento y produjo más de medio millón de desempleados. Esto ha sido enfrentado por la resistencia obrera, notablemente una huelga de ferrocarrileros en mayo pasado, así como acciones de protesta de pequeños agricultores.
El cómo impulsar el tratamiento de shock económico llevó a una agria ruptura dentro de Solidarność, entre Walesa y el gobierno moderado del primer ministro Tadeusz Mazowiecki, un intelectual católico que por mucho tiempo fue asesor de Walesa. Walesa busca canalizar el descontento de las masas hacia una purga antirrojos y el antisemitismo.
Sus propagandistas arguyen que bajo el régimen actual los principales beneficiarios de la privatización son los antiguos administradores y funcionarios comunistas. Al mismo tiempo, las fuerzas de Walesa han dirigido su ataque principalmente contra intelectuales de origen judío prominentes en Solidarność (p. ej. Michnik y Ceremek. Las oponentes a Walesa en Solidarność se han defendido acusándole de ser un aspirante a dictador a la Pilsudski. Para nosotros la principal importancia de esta escisión es que tiende a desacreditar a todos los elementos de Solidarność.
En Polonia hoy hay un vacío político casi completo en ia izquierda, y la clase obrera está, con la excepción de la OPZZ, dispersa económicamente. Así que hasta un pequeño grupo de propaganda trotskista podría ser catapultado a la Laski Sipa Estudiantes polacos blanden crucifijos durante la visita del papa Juan Pablo en 1979. Los estalinistas polacos abdicaron al nacionalismo clerical de la Solidarność procapitalista.