CominternCommunismNazismSocial DemocracySocialismStalinismURSSWorking ClassWorld War

38 Documentos de la discusión en la LCI COARTACIST AP Izquierda: Polonia, 1956. 500. 000 obreros escuchan a Wladyslaw Gomulka, cuya restauración en el poder cortó el paso a la incipiente revolución política. Arriba: Hungría, 1956. La insurrección obrera contra el odiado régimen estalinista fue aplastada por las tropas soviéticas.
Young Socialist liberalización. Después de que la revolución fue suprimida por el ejército soviético, 000 participantes fueron ejecutados, 20. 000 fueron arrestados y miles más fueron deportados a la URSS. Para principios de los años 60 el régimen de Kádár decidió que la vida social sólo podría ser normalizada mediante la conciliación de la sociedad húngara. La economía fue reorientada para aumentar rápidamente los niveles de consumo. el comunismo goulash. Los coniroles sobre la vida intelectual y cultural fueron relajados bajo la consigna: Aquél que no está contra nosotros está con nosotros. La introducción del socialismo de mercado en 1968 aumentó el poder social y la riqueza perscnai de los tecnócratas y administradores a la vez que engendraba una nueva clase de pequeños empresarios capitalistas.
El apoyo popular al comunismo en Checoslovaquia era mucho mayor que en Polonia o en Hungría. La socialdemocracia checa del período anterior a la Primera Guerra Mundial fue uno de los pocos partidos de la vieja Segunda Internacional que en su mayoría se pasó a la Internacional Comunista. En los primeros años de la posguerra, Gottwald, Novotný y Cía. se beneficiaron del sentimiento muy difundido de que Checoslovaquia había sido entregada por las democracias capitalistas occidentales a la Alemania nazi en Munich en 1938. Los estalinistas en Praga también apelaron y explotaron el nacionalismo checo y el centralismo contra el separatismo eslovaco, el cual durante la Segunda Guerra Mundial había tomado la forma de un régimen clerical fascista bajo el monseñor Tiso.
Debido al mayor arraigo político del régimen, la crisis de desestalinización ocurrió en Checoslovaquia una década después que en los otros países principales de Europa del Este. Cuando se produjo, el resultado fue una combinación de las experiencias de Polonia y Hungría. Como en Polonia, un comunista nacional liberal, Alexander Dubček reemplazó al estalinista de línea dura, Novotný. El régimen de socialismo con rostro humano de Dubček pronto adquirió un apoyo casi universal y hasta entusiasta, aunque muchos obreros checos estaban inicialmente cautelosos sobre las propuestas de reformas orientadas a la economía de mercado. La situación se volvió cada vez más abierta, conforme Checoslovaquia se deslizaba hacia una revolución política proletaria. Para prevenir acontecimientos como en Hungría, Brejnev usó las fuerzas del Pacto de Varsovia para invadir Checoslovaquia y derrocar al régimen de Dubček.
Así, Checoslovaquia entró a la década de los 70 con el régimen estalinista más represivo y despreciado de los principales países de Europa del Este.
Al igual que el régimen de Brejnev en la URSS, los principales regímenes estalinistas de Europa del Este en los años 70 Gierek en Polonia, Kádár en Hungría, Husák en Checoslovaquia buscaron pacificar a la clase obrera mejorando, o al menos marteniendo, los niveles de vida.
Pero, mientras que el boom en los precios del petróleo fue una ganancia inesperada para la URSS, el mismo causó un agudo deterioro en las relaciones de intercambio de los países del Este europeo. Para evitar recortes en los niveles de consumo, los regímenes estalinistas se endeudaron fuertemente con los bancos occideniales, estableciendo así las bases para los programas de austeridad dictados por el FMI que formaron la premisa crítica para el ascenso de las fuerzas pro restauración capitalista.
Como hemos notado previamente, el régimen de Brejnev logró suprimir a la relativamente pequeña corriente de intelectuales prooccidentales sin afectar la vida social cotidiana.
Esto no fue posible en Europa del Este donde las fuerzas de oposición, reforzadas por el nacionalismo, eran mucho más fuertes. Más aun, debido a las pesadas deudas de Polonia y Hungría con los bancos occidentales, estos regimenes estalinistas fueron sujetos al chantaje económico imperialista si violaban los derechos humanos de los intelectuales disidentes.
Después de las protestas obreras contra los aumentos de precios de los alimentos en 1976, el régimen de Gierek abandonó todo intento efectivo de suprimir a la oposición.
Con ello se abrió el camino a la jerarquía católica, confabulada con algunos intelectuales socialdemócratas (Kuroń, Michnik y Cía. para organizar a los obreros polacos en sus centros de trabajo. De ahí los orígenes de Solidarność.
Hemos escrito extensamente acerca de Solidarność, desde sus inicios en el verano de 1980 hasta la imposición de la