36 Documentos de la discusión en la LCI SPARTACIST Der Spiegel 17 de junio de 1953: Tanques soviéticos sofocan el levantamiento de los obreros germano orientales.
Los obreros de Berlín Oriental apelaron a los obreros del lado occidental: Nosotros estamos limpiando casa en Pankow, ustedes barran con la porquería en Bonn.
intelectualidad disfrazó (incluso a sí misma) su apetito por mejorar su bienestar material a expensas del proletariado.
Bajo el régimen relativamente igualitario de Brejnev, los niveles más bajos de la intelectualidad soviética (maestros, doctores, asistentes de investigadores, etc. frecuentemente tenían niveles de vida más bajos que los obreros industriales.
En retrospectiva, parece que la guerra en Afganistán fue muy importante en la formación de una corriente derrotista poderosa dentro de la burocracia y la intelectualidad soviéticas. Estos elementos conciuyeron que sólo el retiro unilateral de la URSS podría restablecer las condiciones para los acuerdos de controi de armas y relaciones económicas favorables con el Occidente. De manera más general, culpaban a la postura agresiva y el aventurerismo militar de Brejnev conic causa de la Segunda Guerra Fría. De ahí la llegada al poder de Gorbachov, la fractura de la burocracia del Kremlin y el colapso del dominio del estalinismo en Europa del Este.
La evolución de la Europa del Este estalinista En el intento de generalizar sobre la evolución de la Europa del Este de la posguerra, excluyo tanto a Yugoslavia como a Alemania Oriental por ser casos excepcionales en sentidos opuestos. Porque Yugoslavia experimentó una revolución social propia (aunque en el marco de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. los estalinistas de Belgrado tenían un grado de autonomía cualitativamente mayor que sus homólogos en el resto de Europa Oriental. Durante unas décadas el régimen de Tito mantuvo un pie en cada lado de la confrontación de la Guerra Fría, sacando partido de Washington y de Moscú. Después de la ruptura inicial con Stalin a finales de los años 40, el nacionalismo antisoviético tuvo mínimo efecto en la vida política interna de Yugoslavia. En su lugar, las pasiones y los conflictos nacionalistas se manifestaron internamente entre los varios pueblos de ese estado multinacional. Así que los patrones de evolución económica y política de Serbia, Croacia, Eslovenia, Kosovo, etc. han sido muy diferentes, por no decir divergentes. La restauración del capitalismo en Yugoslavia llevaría casi seguramente a la desintegración del país, quizás en medio de un conflicto sangriento entre los varios pueblos sudeslavos y albaneses.
Si Yugoslavia estaba marcada por la autonomía de su burocracia y el carácter multinacional de su estado, Alemania Oriental estuvo marcada por la ausencia de autonomía de su burocracia y el carácter no nacional de su estado.
Dado que Alemania del Este era la línea de defensa militar contra el capitalismo occidental, el Kremiin ejerció un grado mucho mayor de control sobre la vida política de la República Democrática Alemana (RDA) que en ningún otro país de Europa Oriental. Por otro lado, la presión del cada vez más poderoso esiado capitalista germano cccidental limitó aún más las opciones accesibles a los estalinistas de Berlín Oriental. Así, Alemania Oriental nunca experimentó la fase del comunismo nacional liberal. los intentos de balancear a Washington con Moscú, característica de los otros países de Europa del Este. La burocracia de Berlín Oriental, bajo Ulbricht y Honecker, estaba más dedicada a congelar el statu quo de posguerra incluso que la misma oligarquía del Kremlin.
Los principales regímenes estalinistas de la posguerra en Europa del Este, establecidos sobre las ruinas del III Reich, tenían niveles de respaldo popular, centralmente proletario, que iban desde un apoyo significante en Polonia y Hungría a uno masivo en Checoslovaquia. Sin embargo, estos regímenes carecían de la legitimidad nacional que tenía la burocracia soviética cuya popularidad y autoridad habían sido fuertemente reforzadas por la victoria sobre la Alemania nazi. Por lo tanto, el orden social en las nuevas democracias populares era sumamente volátil conforme crecía la oposición popular al dominio estalinista, reforzada por el nacionalismo dirigido contra Moscú y los que eran considerados sus agentes locales.
La importancia de la dirección en que apuntaba el nacionalismo fue subrayada a su manera por el régimen estalinista más estable de Europa Oriental, a saber, Bulgaria. El enemigo histórico del nacionalismo búlgaro era Turquía, mientras Rusia era tradicionalmente vista como la gran potencia