SPARTACIST 132 الي KKKKKKGIMIKUNTA MENE.
DPDAC APMATA Basil Blackwell Inc.
Oposicionistas de izquierda en el exilio siberiano marcan el aniversario de la Revolución Bolchevique en 1928.
La pancarta del centro, con retratos de Lenin y Trotsky, proclama Viva la dictadura del proletariado.
terror sino por la creencia de las perplejas víctimas que al aceptar las monstruosas acusaciones de Stalin estaban sirviendo a la Revolución Trotsky y sus camaradas en Rusia se negaron a confesar o abjurar de sus posiciones revolucionarias.
Años más tarde, Leopold Trepper, quien no era trotskista (era en realidad un comunista judío polaco que creó y dirigió la red de espionaje soviética Orquesta Roja en la Alemania Nazi y en la Europa Ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. rindió tributo a su firmeza.
Excoriando a todos aquellos que no se rebelaron contra la maquinaria estalinista, preguntaba ¿Quién protestó en ese entonces? y luego respondía. Los trotskistas pueden reclamar ese honor. Ellos combatieron totalmente el estalinismo, y fueron los únicos en hacerlo. Hoy, los trotskistas tienen el derecho a acusar a aquellos que una vez aullaron junto con los lobos. Que no se olviden, sin embargo, que poseían la enorme ventaja sobre nosotros de tener un sistema político coherente capaz de reemplazar al estalinismo, y al cual se podían aferrar en medio de su honda aflicción al ver la revolución traicionada. Ellos no confesaron porque sabían que su confesión no servia ni al partido ni al socialismo. Leopold Trepper, Le grand jeu (La gran partida. 1975)
Contradicciones en la Rusia de Gorbachov El contraste entre el febril debate previo al discurso de Gorbachov para el 70 aniversario y su contenido circunspecto pone de relieve las contradicciones en la Rusia de Gorbachov. La línea de Gorbachov es una respuesta de la oligarquía del Kremlin a las nuevas realidades en la Unión Soviética. El nuevo secretario general busca mantener el dominio administrativo burocrático frente a una pequeña burguesía culta de tamaño considerable y ante las acuciantes necesidades de las masas soviéticas que buscan una vida mejor. La capa de intelectuales que Stalin prácticamente destruyó durante su reino ahora un estrato importante en la sociedad soviética, y está interpenetrada con la burocracia. Gorbachov un representante de la nueva generación de burócratas estalinistas que no participaron personalmente en los crímenes de Stalines también el primer líder soviético desde Lenin con educación universitaria. Hace mucho tiempo que el terror no se aplica directa y abiertamente; ya no hay millones de personas en campos de trabajos forzados; la represión de tipo estado policial se ha vuelto más indirecta. En esta situación y con estas limitaciones, Gorbachov necesita agitar la sociedad para superar la inercia de la economía soviética.
La burocracia del Kremlin se enfrenta a una nueva generación que no mide el progreso económico y social en comparación con las condiciones de devastación que prevalecían en Rusia después de derrotar a la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Boris Kagarlitsky, un sociólogo soviético y uno de los principales organizadores de la recién formada Federación de Clubes Socialistas, señala. El país que Gorbachov ha heredado ya no es el mismo que llegó a manos de Jruschov. Es una sociedad urbanizada con un gran número de personas establecidas en la ciudad por décadas, y obreros calificados. La gente joven no tiene recuerdos de la miseria de los años cuarenta, pero reacciona ásperamente ante cualquier amenaza de rebajar su actual nivel de vida. New Left Review, julio agosto de 1987 Aquí no se trata simplemente de un anhelar por artefactos y el consumismo del Occidente. En Rusia se tiene la idea, a diferencia del Occidente, de que el país debe pertenecerle al pueblo trabajador. De hecho, de acuerdo a la ideología oficial, la URSS sup estamente está construyendo el socialismo y encaminándose hacia una sociedad sin clases la desaparición de la desigualdad social sobre la base de la abundancia material. La gente tiene que preguntarse cómo es posible que una economía que puede