REVOLUCION INT CRNACIONAL.
EL PODER DE LOS CONSEJOS OBREROS.
Tolosa, Diciembre de 1968.
ADVERTENCIA Ultimamente, vi una casa Estaba ardiendo. Las llangs lamian el techo.
Me acerqué y observé que todavía hab. la gente en la casa.
11Abrí las puertas y les grité que salieran rapidamente. Pero la gente no parecia apurada. Uno de ellos me jrocunto mientras que el fuego le quemaba ya las cejas, qué tiempo hacia afuera, si no llovía, si no había viento, si había otra casa.
Me hizo aún algunas preguntas por el estilo. Sin responder, sali de la casa. Esa gente, pensé yo, tienen que morir ardiendo antes de parar de hacer preguntas. En verdad, amigos mios, aquel para quien el piso no está todavía 10 bastante caliente, que no prefiere cambi arlo por otro antes que quedarse en él, a ese no tengo nada que decirle.
Así habló Gautama el Budall. 1)
No nos dirigimos a los que han reprochado al movimiento de Mayo de quererlo destruir todo sin saber qué poner en su lugar. 1) Según Brecht.