MARZO DE 1992 53 Se funda el Grupo Espartaquista de Polonia Estamos orgullosos de publicar a continuación el acuerdo de trabajo conjunto, firmado en octubre de 1990, entre la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista) y los camaradas del RML (Movimiento de la Juventud de Izquierda) polaco, que llegaron al trotskismo revolucionario después de varios años de esfuerzos por redescubrir el programa del comunismo auténtico. Hace doce años nuestro llamado ¡Alto a la contrarrevolución de Solidarność!
nos distinguió tajantemente de toda una gama de oportunistas que se postraban ante la organización clericalnacionalista que hoy mata de hambre a los obreros polacos.
Esta toma de posición nítida y el trabajo internacionalista de nuestra sección alemana, el SpAD, hacia los obreros polacos atrajo a los camaradas del RML, llevando luego a la formación del Spartakusowska Grupa Polski y su adhesión a la LCI. De octubre de 1917 a la fecha, el capitalismo ha buscado aplastar las conquistas de alcance histórico mundial de la Revolución Rusa. La restauración del capitalismo significaría empobrecimiento y desempleo masivos para los trabajadores, volviendo al atraso y al chauvinismo del pasado y preparando una nueva guerra interimperialista. Nosotros los trotskistas estamos por la defensa militar incondicional de la Unión Soviética y de los estados obre:u: deformados contra el imperialismo y la contrarrevolución interna. En Polonia el principal instrumento para la contrarrevolución ha sido Solidarność, ayudada e instigada por el imperialismo, el Vaticano y la socialdemocracia. Para su primer congreso en 1981, Solidarność se había consolidado alrededor de un programa de contrarrevolución socia. apoyo a sindicatos libres anticomunistas, restauración del capi.
talismo mediante el parlamentarisino burgués y liquidación de la economía planificada. Si Solidarność hubiese salido victoriosa, habría amenazado también la existencia de los otros estados obreros deformados, colocando en manos del imperialismo las principales rutas de abastecimiento y comunicación entre la Unión Soviética y la RDA, para entonces el estado en la primera línea de defensa contra la OTAN. En esa época la tendencia espartaquista internacional (TEI, ahora la LCI) demandó Alto a la contrarrevolución de Solidarność y apoyó el golpe militar preventivo de Jaruzelski, mientras luchaba por la revolución política proletaria para expulsar a la burocracia parásita. El RML Movimiento de la Juventud de Izquierda) está de acuerdo con esta posición. Esos acontecimientos fueron una prueba de fuego para todo aquél que aspire a ser revolucionario; es necesario nadar contra la corriente cuando el programa marxista se contrapone a la conciencia actual de la abrumadora mayoría de la clase obrera. Rechazamos las afirmaciones de los seudoizquierdistas que dicen que la contrarrevolucionaria Solidarność estaba liderando una revolución política proletaria en 1981. Una genuina revolución política proletaria está basada en la defensa de las relaciones de propiedad colectivizada. En oposición a la autogestión obrera, que significa en realidad la introducción de reiaciones de propiedad capitalista mediante la confrontación de los obreros en las diferentes empresas, nosotros estamos por una economía planificada, socializada (incluyendo la colectivización de la agricultura)
libre del parasitismo burocrático, la arbitrariedad y la autarquía nacional estalinistas. La dirección básica de la economía y de la sociedad debe ser decidida por medio de la democracia obrera, es decir, el dominio de consejos obreros. Fiel al programa de la Internacional Comunista en sus inicios, el trotskismo lucha por la revolución socialista mundial. En contraste, el dogma de Stalin del socialismo en un solo país es una mentira nacionalista y antisocialista, con el propósito de conciliar al imperialismo. La política de la burocracia de Gorbachov de capitulación al imperialismo y de socavamiento burocrático de la economía colectivizada, la que desencadenó sangrientos conflictos nacionales y étnicos, amenaza la misma existencia de la cuna de la Revolución de Octubre. Los estalinistas polacos, quienes hipotecaron la economía a los banqueros occidentales y empujaron a la clase obrera a los brazos de la CIA y del Vaticano, están evidentemente en bancarrota política. Aquéllos que han abierto el camino para la restauración capitaiista no pueden dirigir las luchas para derrotarla. Se plantea directamente la necesidad de construir un partido de vanguardia auténticamente trotskista en Polonia, parte de una IV Iniernacional reforjada. Pero rechazamos la idea de una familia del trotskismo. el trotskismo genuino no tiene nada en común con tales partidarios de Solidarność y proveedores del antisovietismo, como los seguidores de Nahuel Moreno y los del Secretariado Unificado (S. de Ernest Mandel, quien en 1983 saludó a los líderes de Solidarność como los mejores socialistas del mundo. El RML, grupo conocido por honrar a los líderes comunistas Lenin, Luxemburg y Liebknecht, llegó a reconocer que el trotskismo representa la continuación de las tradiciones revolucionarias de las Tres EI RML tuvo un primer contacto con el programa de la LCI mientras estaba en discusiones con los morenistas. En el proceso de ganarlos a la LCI fueron particularmente decisivos. a) el acuerdo sobre el carácter de Solidarność y (b) el apoyo del RML a la Plataforma Trotskista publicada por la Fracción Trotskista del POS mexicano, la cual posteriormente se fusionó con el Grupo Espartaquista de México. Un partido trotskista debe ser un tribuno del pueblo, defendiendo a todas las víctimas de la opresión. La restauración del capitalismo reaviva e intensifica toda la vieja porquería del orden social anterior a la guerra, desde el clericalismo reaccionario hasta el nacionalismo pilsudskista y el antisemitismo. Tal como Rosa Luxemburg escribió en 1905: El clero, al igual que la clase capitalista, vive a costillas del pueblo, saca ganancias de la degradación, ignorancia y opresión del pueblo. La jerarquía católica, conciliada por los estalinistas, ha ejercido por mucho tiempo