SOBRE NUESTRA CARTA DIC PRINCIPIOS II PORQUE ESTAMOS CONTRA TODA PARTICIPACION EN LA GUERRA IMPERIALISTA El hecho que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el mun do no haya conocido un solo instante de paz y, sobre todo la tensión creciente en la cual viven todos los paises actuales bajo el terror de la amenaza de una tercera guerra mundial, cada vez más inminente, hacen, hoy, más que nunca, imperativa la obligación para toda organización revolucionaria de insistir sobre la posición histórica de la clase obrera mundial frente a la guerra imperialista.
En este sentido, en el presente articulo, cuya intención es desarrollar uno de los puntos de nuestra carta de principios, trataremos de explicar l) cuál ha sido la posición de los revolucionarios fren te a la guerra imperialista, 2) como se debe aplicar esta posición hoy, en el mundo actual. La posición clásica de los revolucionarios. Como es de imaginarse, la primera vez que los revolucionarios del Proletariado se encontraron en la necesidad de definir clara y abiertamente su posición frente a la guerra imperialista y a la actitud que frente a ella debe tomar la clase obrera, fue en la época que el Capitalismo alcanzó su fase imperialista y que los antagonismos exis tientes entre diversas potencias capitalistas amenazaron con resolverse através de una guerra. Para tratar de definir cuál fue esta posición de la manera más precisa posible es, por lo tanto, necesario dar una breve descripción de las circunstancias históricas en las cuales la amenaza de una guerra mundial surge por la primera vez. partir de la segunda mitad del siglo pasado, el Capitalismo conoce un desarrollo extraordinario y sin precedentes resultado de la revolución industrial que le dio los medios de realizar una producción a escala mundial. Este desarrollo imenso de la producción de los prin cipales paises capitalistas, planteó al cabo de poco tiempo, la necesidad para dichas potencias de encontrar y asegurarse mercados capaces de absorber esta producción cada vez más importante. Para ello empezaron a formarse y contruirse, a menudo por la fuerza, zonas de influencia económica. Cada una de las naciones capitalistas trataba de reservar se el mayor número de paises aptos para comprarle su producción, sometieidolos asi fuera violentamente, a su control. Asi por ejemplo, la primera gran potencia capitalista de aquella época, Inglaterra, Había conseguido contituirse un imperio económico que se extendía atra vés de todo el globo. De la misma menera Francia disponía do zonas de influenci que ocupaban casi continentes enteros.