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ide Ignorar estos fenómenos o pretender resolver todas estas Xificultades por medidas administrativas, por degretos, es dar la espalda a la realidad y sustituir el maridi smo por el voluntarismo. Nada es más ntciyo para la marcha de la revos lución que la política de. avestruz, que la ignorancia de la realidad, de la dura realidad, con todas sus dificultades. Los engreimientos, el. optinismo cie go y. la medida típico de la burocracia, son los peores servicios que se le pueden prestar al proletariado. Hay que decir y repetir la crucia realidad a :los, obreros, ensefariés todos los paligros que tendrán que afrontar y superar pa ra la reorganización de la sociedad. Los impacientes que piensan esquivar las dificultades negándolas, o suprimiéndolas por vía de decreto y de proclamación, no pueden ser revolucionarios conscientes, ni ésta su. obra, sino unicamente ele mentos pequeño burgueses desclasados ysfugoso e irresponsables. Hay que cuidar como. de la peste, de la adulación y de la demagogia revolucionaria. No se trata de satisfacer las necesidades de una minoría soñadores; sinó tomar par te en la actividad de realización. de la clase obrera. Este camino no es nada derecho. Ilano; como lo presentan los voluntaristas, sino tortuogo, lleno de tropiezos Para recorrerlo, el proletariado necesitará una profunda reeducación, adquirir conocimientos, capacidades de de administración y de organización, y todo esto en medio de una guerra abierta en contra de los capitalistas, en me dio de una población a menudo hostil y generalmenté dudosa, oscilando constan itemente entre el Capitalismo y el Socialismo. Esta capacitación, el proletaria do no puede adquirirla más que en el curso nismo de su actividad; es decir que los errores serán inevitables y nuderosos. La marcha adelante de la Revolución Social es un largo periodo que se hará inevitablemente en medio de derrota parciales, de retrocesos momentáneos, de concesiones de compromisos.
407 juis fringra poder discaio 2014 julio No se pone suficientemente en guardia contra el peligro consistente: en desligar a la minoría más consciente, combativa; decidida del proletariado, del conjunto de la clase, y en dejarla partir a combates prematuros. La Revolución Social no puede ser más que la obra de la inmensa mayoría de la clase, arrastrando las capas de trabajadores más próximas del proletariado y neutralizando a las otras.
Estas inmensa masas no se muevan por un ideal lejano, por más grandioso que éste sea, sino por necesidades inmediatas, por la búsqueda de la satisfaoci on inmediata. Tener en cuenta estas realidades y estas posibilidades es el deber más imperioso de la vanguardia. Toda política de précipitación que no tenga en cuenta las realidades, llevará a la catástrofe, pues no hará más que aislar a los elementos más revolucionarios de la clase, los expondrá a una lucha inicua contra el capitalismo y a su exterminación, producirs, a descontrol y la desmoralización dentro de la clase.
La Revolución Rusa ha cometido muchos errores, Solo apologistas beatos o balan tes escritores, tipo Amigos de la URSS. pueden verse obligadas a justificarlo todo. Los revolucionarios están tan lejos de la: Sajeza de los Amigos de última hora como de los severos justicieros que botan al niño con el agua sucia del baño; saben que los errores son, y serán inevitables sobre todo en el plano económico en el cual el proletariado no tiene experiencia alguna, sino todo por aprender, que; eşa experiencia no la puede obtener más que en el curso de su propia accion, a través de improvisaciones, de tanteos, y de retrocesos.
Los Bolcheviques no estaban eximidos de errores, claro, y eran los primeros en: tener conciencia de ello. Pero nadie. les puede discitir su constante preocum.
pación por la realidad, su perspicacia, y su ayuda inteligencia de las situaciones, su ejemplar capacidad para afrontar las dificultades, y replegarse en orden cuando la situación lo exigía.