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REGENERACION.
EXCITATIVA PATRIOTICA.
Descle Abril viene publicando nuestro colega La Razón, de Veracruz, una excitativa los ciudadanos para formar una asociación popular que sostenga las resoluciones 382 y 41del primer Congreso Liberal reunido en San Luis Potosí, el de Febrero del corriente año.
Dichas resoluciones son las siguientes. 38! Trigésima octaya.
Todos los clubs constituidos en el pais y los que en los sucesivo se formen, deben vigilar los actos de los funciona rios públicos, como primera y principal obligación, y ejercitar con civismo la aeción popular, acusando a los transgresores de la ley, sean de la categoría que fueren.
Por su parte, los miembros de esos clubs siempre que vean hollados sus derechos, acudirán al juicio de responsabilidad contra los funcionarios despóticos, instigarán los demás ciudadanos para que ejerciten ese derecho. 44? Cuadragésima cuarta.
Los miembros de los clubs y los liberales de la República concurrirán los comicios electorales, insinuando a los demás ciudadanos para que los secunden, en la imperiosa necesidad de ejercitar ese derecho.
Hasta fecha, el colega solo ha logrado que se inscriban diecisiete ciudadanos para sostener las referidas resoluciones.
Cree el colega que la abstención de los ciudadanos depende de que otras veces han sido cruelmente engañados por umbiciosos vulgares. Pero nosotros creemos que no hay tal cosa.
Lo que pasa actualmente en Veracruz.
es lo mismo que pasa en la República entera. No hay tal desilusión, sino temor, un temor espantoso de ser objeto de persecuciones, sin fijarse en que ese temor cobardía, es explotado por los poderosus para ejercitar impunemente sus arbit:arios procederes.
Todas las tiranías comienzan por infüſidir pavor, por imponerse fuerza del terror, hasta que logran anilanar todos los ánimos. Una vez conseguido todo esto, imperan su antojo, porque no habrá boca alguna que se abra para formular una protesta ni resolución para afrontar una situación viril.
Así heinos sido educados nosotros. Hemos abierto los ojos en plena époc. de terror, y naturalmente los espíritus débiles, las voluntades tímidas y las almas medrosas, han buscado un refugio para apartarse de tanto horror, y ningún refugio hay mejor que el que ofrece la tiranía, a costa de la dignidad por supuesto, dando una comodidad de bestia sumisa los que abjuran de sus prerrogativas de hombres. Pone la liianía un dilema: tranquilidad para la pasividad persecución para los caracteres viriles.
La naturaleza humana, por lo mismo que tiene mucho de material, se acomoda fácilmente la primera proposición del terrible dilema, y solo los que tienen en alta estima la condición de hombre, como ser inteligente, superior porque es racional, no se conforman con la mísera condición que la tiranía quiere reducii los hombres. éstos son los pers!:guidos, los befaclos, los odiados por la turba acomulaticia que ha trocado su condición de superioridad por un triste bienestar aniasado con la ignominia.
Esta funesta educación está dando sus malsanos frutos. no solo en Veracruz, como antes dijimos, sino en toda la República. Ese mal se lo debemos la actual tiranía.
Por eso no es raro que hay diecisiete ciudadanos, inscriptos para sostener las resoluciones 38. 445del primer Congreso Liberal Pero dejando un lado tan desconsoladuras reflexiones, direinos, que si la tiranía impera es porque no nos hacemos e lirue propósito de desenmascararla.
Si todos los que son os objeto de una arbitrariedadl, protestásemos y exigiéramos unli reparación, sin acobardarnos por la rejación sufrida, sino por el contrario, considerar como una afrenta toda vejación, y con más brios que antes de ser atropellados alzácemos nuestra roz, el despotismo se vería obligado ceder y no nos oprimirían dolorosamente las dictaduras.
Invitarllos pues los Veracruzanos que se insriban en el registro abierto por nuestru apreciable colega La Razón.
Igualmente invitamos a todos los ciudadanos de la República que se asocien en clubs que formen parte de la Confederación de (lubs Liberales, Es necesario, urge que tratajemos por el restablecimiento de la moralidad administrativa; que sostengamos nuestras