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REGENERACION.
que fué y arbipollidinero mitad en efectos de una Tienda de Raya que tiene establecida y en que para mayores perjuicios siempre faltan los artículos de primera necesidad.
La avaricia del Sr. Shepherl es recumpensada con la abundancia de plata que le producen sus minas; pero ni así se conduele del trabajo de los pobres operarios que tan mal retribure sino que por el contrario, con su caracter despótico y ultrajante, los trata como si fueran esclavos. Hablando en términos generales, la voluntad del Sr. Shepherd es la que impera en este Vineral; y nuncil se había hecho sentir más su fcudalismo, que en estos últimos años en que para colmo de desdichas se hizo cargo de la Jefatura Política el Sr. Lázaro aliallero, quien con su mala administración ba lailo el tiro de gracia este pobre pueblo vliyno de mejor suerte.
La mala fama del Sr. Caballero como autoridad, es ampliamente conocida por estos puntos, y solamente el favoritiseno de alguien pudo sorprender al Gobierno del Estado para que le confiara el pues: to que ocupa y cuya confianza ha correspondido muy mal, porque con sus abusos y arbitrariedacies no lia lieclio más que provocar el (lescontento gar las personas honralas que emigren de este lugar, como único remedio sus infames persecuciones.
El Sr. Caballero debería ruil uinciar el puesto que ocupa, atendiendo que en su conciencia esté que nada meritorio ha hecho en bencficio de Batopilas en donde solo cuenta con la mayor impop! ilaridad, ante la que forzosamente tendrá que estrellarse si no pone el remolio tiempo, porque el día de las represalias tiene que llegar. Debería renunciar, porque va antes se le ha dichu 911 es una autoridad arbitraria y se le han precisado hechos que no ha podido descargar en el terreno de la justificación porque es imposible cubrir el sol con un dulo: pero en su defecto, ha emprendido persecuciones tan ruines como injustas haciéndose más odioso ante las personas de sano criterio y honorabilidad intachable.
El servili»no del referido Jefe para. Sr. Shepherd, en escandaloso. Lo hate mucho que se dió un cao del cual tuvo conocimiento el (robierno del Estado quien con aplause general uur) 1:1. us en su lugar. es el siguiente: Sepherd dispuso se levantara una trinchera ile piedra interceptando un camino púl lie.
para empotrerar sus mulas, esa atematoria disposición fué apoyada por Caballero sin averiguar como era de su deber, si había perjuicio de tercero; pero uno de los que se creyeron perjudicados elevó su queja y el Gobierno ordenó la destrucción de la trinchera para que la vía obs.
truida quedara al servicio público como antes. Esta resolución de estricta justicia fué el castigo más bien aplicado al servil Jefe, quien desde ese momento de bió comprender el ridículo arrastrado por su consecuencia inconveniente para con su padrino el Sr. Shepherd.
Pero no: el Sr. Caballero al proporcionarse el puesto que ocupa, no ha tenido otra idea que la de medrar, sin preocuparse lo más mínimo por el beneficio de sus gobernados, como lo haría otro hombre de buena voluntad, que viera en su misión el cumplimiento de un deber nó el inedio de hostilización para los que se supone enemigos suyos porque no admiten su modo de ser absoluto trario.
La prueba más palpitante del abando10 y desinterés conque la autoridad política ve Jos asuntos públicos, se justifica con lo mal atendidas que están las escuelas por la falta de aptitudes en las personas que las desempeñan, habiendo estado ncéfala la de niños hasta hoy que Ta ser dotada con un Director, por el Gobierno del Estado. Igualmente hace años que con perjuicio de nuestros intereses y de la buena administración de justicia, lamentamos la falta de un juez apto, viendo con justa indignación las contínuas rémoras que provoca el inepto individuo que está encargado de los dos juzgados. Este individuo es de aquellos que puerlen llamárseles manequíes pobres ile espíritu, siendo esta clase de gente, de la que el Sr. Caballero ha procurado rodearse para obrar sus anchas y tenerlos como instrumentos de sus abusos.
quí el nombre del Sr. Caballero imponie nó el respeto de los funcionarios honrados en quienes se siente el peso de la justicia debidamente impartida, sino el terror de los caciques que deshonran la misina justicia y la humanidad, con sus procedimientos dictados por el capric! o y la conveniencia.
Batopilas cuenta con personas que ya han dario pruebas de más tino que el tylle se quiere suponer al Sr. Caballero, para dirigir los asuntos públicos de este Distrito. solo han carecido de una sualidad que tiene el actual Jefe: apo var los abusos del americano Shepherd.