2.
REGENERACION.
El Sr. Lic. Urquijo fué er patrono de los Estudiantes atropellados en las tardes del 18 y 30 de Julio próximo pasado, asumiendo una actitud franca y honrosa. como hombre independiente y abogado de conciencia.
Hicieron uso de la palabra por parte de los Señores Estudiantes los Sres. Allen, Jaso y Cravioto. Contestó elocuentemente el Sr. Urquijo y hablaron además los Sres.
Navarro y Muñoz. Para hacer más pública su manifestación de gratitud los Señores Estudiantes nos encargan de hacer la publicación en hoja suelta de uno de los discursos pronunciados.
VARIOS ESPECTADORES.
Señor Licenciado: No os traigo el afiligranado concepto que brota de la magistral peñola, finamente pulido al empuje del genio que chispea en el privilegiado cerebro; no os traigo aurino verso que surge alado y canoro del estro del bardo, al beso de la inspiración que arrebata; sin embargo me he atrevido dirijiros mi palabra torpe y macilenta, porque de no hacerlo, toda la juventud que palpita en mi organismo se erguiría tormentosa para cruzarme el rostro con el formidable reproche del no cumplimiento del deber; pues esa juventud que hierve en mis venas, que golpea en mis músculos, que palpita en mi corazón y que vibra en mi. cerebro, siempre ha puesto mi alcance un aromado bú caro de flores que deshojar ante el ara su blime del hecho magno y un laurel para ornar la nimbada testa del hombre digno; asi como tambien ha colocado entre mis manos, una fusta y un látigo para castigar los detractores de la razón y los asesinos de la justicia; y entre mis labios una sonrisa volteriana que ha sido y será mi única respuesta los anatemas horriblemente ridículos que a diario lanzan desde los púlpitos, un fárrago de canallas que quieren opacar las fulgurecencias que brotan de mi credo jacobino, con la increible virginidad de una mujer maculada y con la complacencia, verdaderamen.
te maravillosa; de un carpintero imbécil, digno émulo de Devars y de Barajas!
Os habeis hecho grande porque grande es la causa que perseguimos; porque defender a algunos estudiantes tan des provistos de elementos como ricos en elen vación de ideas y fuerza de espíritu, no defendíais ninguna personalidad, defendíais la Razón, que gritos pedia Justicia; defendíais a la Constitución traidoramente vejada; defendíais al Derecho pisoteado y defendíais por último, la Libertad que yacía aherreojada soportando la trcmenda humillación de recibir las carcajadas de júbilo que emitían las cebadas y rechonchas gargantas de los holgazanes de sacristía!
Vos habeis aumentado el número de soles esplendentes que brillan en el cielo purísimo de nuestros afectos; vos habeis completado la sublime trilogía que siempre ha imperado en nuestros actos. La Libertad, la Razón y la Justicia! pues de hoy en adelante, para nosotros, no sereis un hornbre, sereis un símbolo, como símbolos son los insignes maestros Navarro.
y Muñoz Lumbier!
El maestro Navarro defendiendo a la mujer liberal con una energía que raya en lo sublime, no era el hidalgo manchego desfacedor de entuertos, no era el hombre recto que al impulso del deber, se yergue pletórico de flameante cólera ante el espectáculo siniestro de las injusticias tremendas, era la Libertad, la misma Libertad, que se levantaba vibrante de su eburneo trono, esgriiniendo el estoque ilamígero, para defender el nombre sin mancha que ella ha legado sus hijas, las mujeres liberales. Por eso en el maestro Navarro, vemos la Libertad!
El maestro Muñoz Lumbier, arrancando de la gema divinísima del verbo, sea la carcajada que mata, sea el concepto empapado en positivismo que recuerda