361 REGENERACION.
de re¿Habéis pesado el valor de esas promesas. Tenéis la conciencia de haberlas cumplido?
No ha sido, es cierto, el voto público la base de vuestra magistratura, pero sabed, Señor, que este pueblo tan dócil estaba contento de vos, y en sus aplentisimos deseos creyó llegada su era dención. No había que esperar mucho ni pronto, que el desquiciamiento era total. Pero vos el oscuro burgués, el honrado proletario, al poner todas vuestras energías en la brecha, pudisteis por ese entonces conquistar una sana porción de la confianza pública y fue merecida.
Hoy?
habéis olvidado con esas promesas, vuestros deberes de hombre honrado y de gobernante justo, que un hombre honrado no es seducido por nadie y un gobernante justo no arma la fuerza pública para lanzarla contra inermes inofensivas masas. Por tura, así se gobierna. Habeis sido jóven y nacido bajo un cielo de clásica libertad! Epicas luchas han ensangrentado vuestro suelo y obscurecido sus horizontes. Os atreveis a llamaros liberal a la personalidad quien dabais honores, poder y bonanza, así le llaman. En cambio de que El ha dado ejemplo de cordura y virilidad vos encadenảis una juventud que ejercita derechos y acuchilláis una multutid que pide enseñanzas.
Asi defienden el principio de autoridad los Czares rusos y los sultanes turcos, pero los gobernantes honrados, jamás ¿lo oís?
No sois vos el encargado de la defensa de creencias ni religiones, que no sois apóstol ni mitrado. Sois el seglar, el laico depositario del orden y la confianza pública.
Vuestro apostolado se concierne al cumplimiento de la LEY si cumplierais con ella, sabríais respetar el derecho.
No es cumplir con la ley amordazar el pensamiento, ni respetar el derecho, encarcelar al que se agrupa, Si depositais como se pregona, el orden la confianza ¿por qué tenéis la punible debilidad de oponer esos bélicos apahan trastornado hoy el orden público, el concierto de Nuestra Paz misma?
Ah Señor, habéis herido injusto, la dignidad del ciudadano pacífico. Habéis ultrajado la persona del extranjero amigo, lanzando sobre ellos, sin piedad, las hordas brutales de vuestra fuerza armada con la fortuna de la impunidad. Qué os han hecho las mujeres y los niños? Habéis retrocedido un milenio en la civilización. Sois vos y los vuestros quienes trastornáis el orden y aviváis las hogueras.
Si quereis orden, dad vos mismo el ejemplo, pero dejad la fusta y empeñad la ley.
Si quereis respeto, respetad al pueblo que os cree bueno y honrado, os brinda obsequios y os paga un sueldo, pues sois su servidor y no su amo.
Vuestra misión debe ser la de la justicia y no es justicia desposeer un grupo de niños del pobrisimo mendrago. ca, que no vos, sino el Estado paga y está obligado darles. Si os repugna, si os duele la lucha entablada, la resurección surgida, las demostraciones viriles de una juventud que pugna por la desopresión de la conciencia, no sabreis gobernar con imparcial honradez.
Marchad Señor, al claustro des dd al hogar, que así será más leal el tránsfuga que el apóstata. Qué daño os podrá hacer ese mezquino grupo de niños y esa turba indefensa de ignaros?
La lucha es desigual. Señor: ellos no tienen más armas que su valor y su palabra, y vos teneis el poder y las bayonetas.
El triunfo de vuestra fuerza pública, festinado por los malos mexicanos y palos arroyos, victoria, Señor, es.
derrota, y la barbárie de los vuestros pequeños.
El último de vuestros conciudadanos, Francisco Bracho.
venseado por no es corInsertamos con gusto esta hermosa carta, con cuyo contenido estamos de acuerdo, excepto en lo que se refiere a la cordura y virilidad de que según el Sr.
Bracho, ha dado ejemplo al Gral. Díaz.
No nos guía la pasión al despojar al Presidente de esos merecimientos. Bastante sabemos los que tenemos la desgracia de vivir en la capital de la República, que no se distingue el Gral. Díaz por su dura ni por su virilidad cuando se trata de manifestaciones de carácter democrático. El ha impedido el ejercicio de la democracia al menos si no ha sido él, lo han sido sus esbirros, sin que él hubiera objetado la conducta de ellos, y por lo mismo, él se ha hecho solidario de los procedimientos de sus esbirros al no primir los atentados de éstos. Qué manifestaciones democráticas ha ratos que re. 04. 04.