Axo 1! EPOCA.
México, DIOIEMBRE DE 1900.
Tomo NÚM. 17 BIBLIOTECA NACIONAL MEXICO Regeneración.
PERIÓDICO JURÍDICO INDEPENDIENTE.
La libertad de Imprenta no tiene más Cuando La Rapabilen pronuncia ru TOE limites, que el respeto leida private, Lobenda, nord forzowo somotorno o dl.
lo moril y a la paz pobra(Art. mitir.
de la Constitución. GAXBETTA, DIRECTORES: Lic. Jesús Flores Magón. Lic. Antonio Horcasitas. Ricardo Flores Magón.
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Administrador: Ricardo Flores Magón.
id.
2, 00 Id on ora CONDICIONES. juez, entre nosotros (hay sus excepciones)
las arranca torturando el ánimo hacienRzanNERACIÓN. Mle los di 7, 15, 23 y üldmo lo corte mos do perder la moral de los reos. El juez eny los pradou de subucripolón son: Pans la Capital, trimestre adolentado. 60 tre nosotros es un aristo que bate furiosaPera los Estados, id.
monte contra todas las inteligencias y que Pen ol Extranjero, id. 00 Números puelto15 otvo, Námerov atraandos. 25 ctys, en un momento hace pedazos la voluntad So entonders sceptada la rubecrlplón, en caso de que non do vuolna el periódico y girer ger el importa de un trlustre, más fuerte y dosmenuza (con sugestión) sin Joe Montes a low shonará el 15 por cento, consideración y despiadadamente, hasta la Nom denuolvon originales.
Para Ica anuncios en el periódico, pídavr tarlíms.
última molécula do la celdilla cerebral de un reo.
Ese batir furioso de aspas, lleva un in; EL INQUISIDOR ese desmenuzamiento despiadado y brutal, tiene su objeto: crear una víctima de la EL JUEZ. justicia.
El juez que produce más víctimnas, por El tipo del inquisidor modioeval, que a torpos y menguados que sean los medios, fuerza de torturar la carne, torturaba la siempre que consiga que haya víctimas, er inteligencia; el que quebrantando los hue un buen juez. Su habilidad para crear criminales será cantada por una enorme tur.
sos, losionando la carno, vaciando los ojos y dislocando las articulaciones arrancaba ba de idiotas, quiones nada iniportan los una confesión que nunca era la verdad, si medios do arraucar confesiones, siempreque no un ardid del paciente para dar tregua éstas se obtongan.
al último suplicio, que era el objetivo de El juez ontre nosotros es más temible todas las inquisiciones por los medios bru que el inquisidor medioeval; éste arracaba talos que empleaba el clero de la edad me confesiones mortificando la carnn, aquel dia; ese tipo que se confunde en las bru las arranca laciendo perder el juicio, hamosidades del pasado, ha tomado cuerpo y ciendo perder la voluntad y la entidad in color, ha ontrado ser entidail on nuestros dividual, dejando en sus manos on voz de jueces del ramo penal, en una forma nás un hombre, una piltrafa con que engalanar repugnante y con procedimientos inás cri una reputación equívoca. Esa piltirafa, cse minales quizá, que los inquisidores modio harapo de hombre perdido por su dueño evales.
en un momento de ofuscación, producida Con efecto, el inquisidor de la Edad Me por artimañas reprochables, ejercidas 80dia arrancaba confesionos haciendo moler bre las conciencias, servirá para dar fama la carne y quebrantando los huesos; oljá un juoz.
HEMEROTECA NA