REPERTORIO AMERICANO 25 La obra poética de JOSE MARTI Con motivo del Centenario de su nacimiento Por Raúl CORDERO AMADOR (En Rep. Amer. Colaboración) TONEX José Martí Para el Maestro don Joaquin Gar El artista está siempre presente cuando cia Monge, quien me señaló el ca dice sus discursos. Quienes lo oyeron no mino hacia Martí.
pudieron olvidarlo. Hablaba con voz sua ve, extrañamente musical, que no tenía el PRESENCIA CONSTANTE DEL POE sonido de una fanfarria guerrera en el TA Por breve, fecunda y brillante, fué la campo de batalla, sino la armonía deliciosa de José Martí una vida extraordinaria. Sus de un quinteto de César Franck. Lograba dotes personales, morales e intelectuales, despertar idolatría, y siendo orador de esdebieron ejercer honda sugestión y atrac tilo elevado, esencial y profundamente li tivo en cuantos le trataron. Sin él, quizá terario, quintaesenciado y frecuentemente la obra de la Independencia de Cuba y la oscuro, era tal el tono, el calor y la fuerza renovación literaria de Hispanoamérica, de de la palabra, que arrebataba a quienes no fines del siglo xix no hubieran pasado de podían apreciar en análisis exacto el mé.
intentos.
rito extraordinario de sus párrafos.
Pero José Martí es de aquellos escogiHe aquí un fragmento del discurso a dos, de aquellos predestinados que supie Bolívar, pronunciado el 28 de octubre de 1893: ron agotar en breves días si corto deslumbramiento luminoso. toda la energía Con la frente contrita de los americadestinada a luengos y monótonos años; im nos que no han podido entrar aún en Anieposible consagrar palabras para que realrica, con el sereno conocimiento del pues een su arte, sin mirar a su vida, a su esto y valer reales del gran caraqueño en la píritu. Todo es en el producto de una mis.
obra espontánea y múltiple de la emanci ma fuerza vital. Todo se relaciona y une de pación americana; con el asombro y reve.
manera así, que no hay términos a exaltar rencia de quien ve aún ante sí, demandanbastante lo homogéneo de la obra, ni la dole la cuota, a aquél que fué como el sasinceridad desgarrada con que vertió in.
mán de sus llanuras, en la pompa y gene.
quietudes, tan fácilmente conocidas por surosidad, y como los ríos que caen atormen.
yas en sus discursos, en sus artículos y tados de las cumbres, y como los peñascos en sus poemas.
que vienen ardiendo, con luz y fragor, de las entrañas de la tierra, traigo el homeA José Martí, le conocemos y le recornaje infeliz de mis palabras, menos prodamos siempre, como el Apóstol de la Ligundo y elocuente que el de mi silencio, bertad, como el orador eficaz y como el al que desclavó del Cuzco el gonfalón de héroe cubano. Pero lo que solemos olviPizarro.
dar, es que en toda su vida y en toda su obra, está presente el poeta. Su apostolado limpio y fervoroso, su oratoria brillante y Su ardor fué el de nuestra redención, musical y su muerte gloriosa y heroica, no su lenguaje fué el de nuestra naturaleza, con sino consecuencias del creador y del su cúspide fué la de nuestro Continente; profeta que en él existían.
su caída para el corazón.
Quizás la fama del héroe haya perjudi No es fácil encontrar en las manifesta cado a la del poeta.
ciones de la oratoria española, un pasaje de tan alto valor poético, por el esplendor de las imágenes, por la fecunda fantasía, por la belleza de la forma y por la riqueza lexicológica, como el que acabo de citar.
Un discurso de Martí es siempre una verdadera obra de arte. El orador compone las cláusulas de sus discursos como un poeta en la feliz exactitud de las palabras y las ideas. En él, como afirma acertadamente Andrés Iduarte: La inspiración nunca mató el sentido de la armonía. Sin sonrisa de mujer, no hay gloria completa del hombre. La honra puede ser mancillada, la justicia puede ser vendida, todo puede ser desgarrado, pero la noción del bien flota sobre todo y no naufraga.
Las afirmaciones martianas perduran no sólo por la esencia del contenido, sino por la luz que dejan en la mente y el fres.
cor en el corazón. Por la dulzura del vocablo, no os pa.
rece escuchar el fugitivo trino de cenzontles, cuando el apóstol dice. Cuando nací, la naturaleza me dijo. Ama! y mi corazón dijo. Agradece! desde entonces yo amo a bueno y a malo, hago religión de la lealtad y abrazo a cuantos me hacen bien. Un poeta es una lira puesta al viento donde el universo canta. La música es el hombre escapado de sí mismo. Una mujer sin ternura. qué es sino un vaso de carne, aunque lo hubiese moldeado Cellini, repleto de veneno. así un día dejan de amar los hombres a la mujer a quien quisieron entrañablemente, cuando un acto claro e inspirado les revela que en aquella alma no existe la dulzura y superioridad con que la invistió su fantasía. Una mujer buena es un perpetuo arcoiris. Poesía es un pedazo de nuestras entrañas, o el aroma del espíritu recogido como en cáliz de flor, por manos delicadas y piadosas.
Todos estos pensamientos, por su fragante brevedad, son pétalos de flores que arrastra una corriente cristalina, dejando un olor a mirto y una estela de luz.
LO POETICO EN APOSTOL. Martí realizó una vida de apóstol, plena de caridad y entusiasmo con el ejemplo y la palabra. Dice sus profecías y definiciones de manera poética, delicada, peculiar, con la fuerza característica del creador. El egoísmo es la mancha del mundo y el desinterés su sol. En este mundo no hay más que una raza inferior; la de los que consultan antes que todo su propio interés, bien sea el de su vanidad o el de su soberbia o el de su peculio; no hay más que una raza superior: la de los que consultan antes que todo, el interés humano. Un orador brilla por lo que habla, pero definitivamente queda por lo que hace, Si no sustenta con sus actos sus frases, aun antes de morir viene a tierra, porque ha estado de pie sobre columnas de humo.
EL POETA EN SUS CARTAS. Las cartas de Martí, tienen la gracia de un conversador ameno. Escribía a sus familiares y amigos, lo mismo que si estuviese ha.
blando con ellos. Lo que me lo reveló un hombre, todo un hombre, y un maravilloso escritor, fueron sobre todo sus cartas. afirma Miguel de Unamuno. Martí escribía PRIXIN SL Raúl Cordero Amador Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica